domingo, 15 de octubre de 2017

La rebelión juvenil y la Contracultura


TIERRA Y LIBERTAD
Nº 350 - septiembre 2017

En la década de los 60, la juventud se rebeló en la mayoría de los países del mundo, pasando en varios lugares a la lucha callejera, a movilizaciones sociales o incorporándose a las guerrillas. No se ha vuelto a ver esa insurrección generalizada entre los jóvenes. Una serie de factores se conjuntaron para que esto fuera posible sólo en esta década.

En los años 50, en la música, surge el rock and roll, fusionando la música de los negros, el blues de los campos y barrios pobres, el soul y el góspel de las iglesias, el rhythm and blues, la música folk y country del campo, el hilbilly, el jazz, el swing, boogie woogie, etc. Todas estas músicas marginales o discriminadas, se van fusionando y logran la aceptación y difusión masiva, en la radio y en la televisión cuando cantantes blancos, como Elvis Presley y Bill Halley, cantan la música negra fomentando la unión y diversión entre blancos y negros. Esta integración racial, movida por la industria de los discos y el entretenimiento, iba detrás de la lucha de los negros por sus derechos civiles.

La señora negra Rosa Parks, tenía 42 años cuando se rebeló contra el chofer del autobús, y se negó a darle su lugar a un blanco y pasar atrás del autobús, a la sección de negros. Eso le costó la cárcel el 1 de diciembre de 1955. El pastor baptista Martin Luther King, un desconocido entonces, llevó una protesta a los autobuses públicos de Montgomery, y organizaron un boicot contra ellos por segregacionistas. Al dejar los negros de usar el transporte público, quebraron y llevaron su protesta a la Corte Suprema de Justicia demandando a Montgomery y Alabama por racistas y ganaron, quitando la segregación racial de los autobuses. Y siguieron luchando ya que el racismo era legal y socialmente muy fuerte.

La música del rock se diseminó por el mundo, fusionándose con otras músicas locales y despertando en los jóvenes un deseo de cambio en su vida pocas veces visto. Canalizaban en la música su frustración y desarrollaron diferentes modas como los beatniks, los hippies, en EEUU, los mods y los teddy boys, en Inglaterra, los blousons noirs en Francia, los provos de Holanda y los porros universitarios en México, que lo mismo bailaban rock and roll que danzón, mambo o cha-cha-chá.

A nivel mundial, The Beatles, The Doors, The Rolling Stones y varios grupos, le dieron un fuerte impulso al rock, creando una identidad juvenil a contracorriente del sistema, que atacaba las instituciones fundamentales de la sociedad: la familia, la escuela, el trabajo, el dinero y el Gobierno.

La contracultura juvenil desarrolló diferentes ataques y propuestas contra la moral social y el culto al dinero y el poder. Los jóvenes exaltaban la rebeldía contra la moral establecida, la libertad contra trabajos mediocres y alienantes; la paz, ya que morían muchos en Vietnam sin entender cómo promovían la democracia arrojando napalm y fósforo blanco contra mujeres y niños en las aldeas vietnamitas.

La contracultura juvenil propuso el regreso a la naturaleza con el vegetarianismo, el desnudismo, el campismo, la meditación, la práctica de filosofías orientales para encontrar un sentido de vida, el uso de drogas para crear estados alterados de conciencia para conocerse mejor o simplemente para divertirse, el amor libre sin ataduras matrimoniales, las comunas como alternativa a la familia tradicional, la revolución sexual reivindicando el derecho al placer sin reproducción sexual como exigía la religión, el uso de anticonceptivos que liberó a la mujer del miedo al embarazo y le permitió explorar su sexualidad, la reivindicación de los derechos de las mujeres, los negros, los gays, los pobres, los marginados, los bohemios; retornaron algunas vanguardias artísticas y filosóficas como el dadaísmo, el surrealismo, el existencialismo, el nihilismo, el anarquismo, el situacionismo, etc.

En lo político, se vive la Guerra Fría entre la URSS y EEUU. Con la Revolución cubana, se rompe el monopolio de EEUU sobre Latinoamérica y la esperanza de un cambio revolucionario motiva a la juventud latinoamericana. Cuba exporta al Che Guevara como la esperanza del cambio. Pero una vez en el poder Fidel Castro, rompe su alianza con EEUU y se alinea al comunismo y la URSS, desatando una feroz represión contra el anarquismo en Cuba y demostrando que la Dictadura del Proletariado masacra a todos los que estén fuera del Partido Comunista. De la misma manera, en Praga, Checoslovaquia, los tanques rusos defienden el poder comunista luchando contra la rebelión juvenil y social que pedía libertades básicas. Así el pesimismo campea al ver la represión en Europa del Este por la URSS.

Sin embargo los jóvenes europeos ven claramente que la solución no es el capitalismo salvaje de EEUU ni la dictadura «proletaria» de la URSS. En Francia, Guy Debord critica la moral hipócrita de la Nueva Sociedad del Consumo, fundada en el dinero y el despilfarro, en no saber distinguir lo necesario de lo superfluo.

En Alemania, Rudi Dutschke y los jóvenes se niegan a seguir aceptando un mundo que habla de paz pero tolera la guerra; un mundo que habla de libertad pero que acepta la hipócrita democracia capitalista, un mundo que habla de igualdad y socialismo, pero que tolera la perversión del socialismo burocrático.

En Estados Unidos, Herbert Marcuse, respaldó y fundamentó la protesta juvenil criticando la triple tiranía: la economía, la política y la técnica. No lo podían acusar de «comunista», pues era un crítico radical de la URSS. Decía que la sociedad capitalista, dominada por el despilfarro, el culto al dinero y la sumisión al poder, se volvería un fascismo blanqueado, una democracia militarizada, en la que el individuo sería su propio esclavo, adicto al consumismo.

En Francia, en marzo de 1968, los estudiantes piden prolongar el horario nocturno de la Residencia de Estudiantes y suprimir en ella la separación de sexos. El rectorado se niega y los estudiantes se van a la huelga en Nanterre, luego en París. El 11 de mayo, el presidente De Gaulle ataca a los estudiantes en la Televisión. Dijo: «Los estudiantes no saben lo que quieren. ¿Qué quieren? Son nihilistas. Son anarquistas».

El 14 de mayo los estudiantes fueron a las fábricas para celebrar asambleas con los trabajadores. Los obreros de la Renault, en París, decidieron declararse en huelga y ocupar la fábrica. Los jóvenes convocan a realizar una revolución socialista. La huelga general se extendió por toda Francia y paralizó el país, con las fábricas ocupadas, y el apoyo del Barrio Latino. El Gobierno negocia con los dirigentes sindicales comunistas y cristianos: pactan un aumento general de salarios del 38 por ciento mensual; vacaciones pagadas de treinta días para los trabajadores; extensión de la seguridad social a toda la población laboral, y jubilación del cien por cien del salario. La aristocracia obrera y las clases medias y altas apoyan al gobierno y marchan cerca de 300.000 personas en París. Los líderes sindicales mediatizan a los obreros y entregan las fábricas el 7 de junio. La ocupación de universidades persiste hasta el 16 de junio. Ese día es desalojado el Odeón. El sueño de una revolución en Francia termina. Fin de la rebelión.

En México se conjuga la rebelión juvenil con la violenta represión a los estudiantes, desde la pelea de preparatorianos en Balderas, ellos se unen contra la policía y empieza a crecer un movimiento de protesta que reúne a 300.000 personas marchando al Zócalo el 27 de agosto de 1968. El lugar sagrado del Poder, el corazón de la ciudad es recuperado por el pueblo. Se rompe el tabú, de que sólo los borregos acarreados podían marchar al Zócalo. Pero el Gobierno usa al ejército y tanques para desalojar al movimiento de protesta. Las imágenes de los tanques atacando a la gente, recuerdan la Primavera de Praga. El Gobierno ataca ferozmente al movimiento juvenil y los acusa de comunistas, rebeldes sin causa, drogadictos, delincuentes, etc. El movimiento crece y para demostrar su disciplina y orden, convocan a la Gran Marcha del Silencio, el 13 de septiembre. Más de 500.000 personas protestando en orden y silencio. Sólo se oía el ruido de los pasos y los aplausos de la gente al verlos pasar. Es la marcha más grande realizada en México hasta la fecha.

El 2 de octubre, se convoca a una marcha que partiría de la Plaza de las Tres Culturas. Pero cuando los estudiantes vieron que el ejército acordonó toda el área de Tlatelolco, pensó que era para bloquear la marcha y decidió quedarse ahí. Al realizar el mitin, el Batallón Olimpia disparo indiscriminadamente a la gente. El ejército cerró la plaza y masacró a toda la gente. La plaza quedó llena de zapatos perdidos y sangre que cubría toda la plancha. Los cadáveres fueron incinerados en el Campo Militar número 1.Toda la masacre fue filmada por el Gobierno y hasta la fecha no ha desclasificado las cintas. Nadie fue castigado y los principales asesinos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, fueron apoyados por el PRI (Partido Revolucionario Institucional) y el PAN (Partido Acción Nacional). La impunidad se volvió la norma en México y por eso muchos jóvenes se fueron a la guerrilla, pero fueron exterminados por la Brigada Blanca, La Dirección Federal de Seguridad y el ejército.

El movimiento trató de volver a la calle el 10 de junio de 1971, pero nuevamente fue reprimido con golpeadores profesionales, los «halcones» y la policía.

El rock mantenía su poder de convocatoria y en Avándaro reunió a más de 500.000 jóvenes, el 11 y 12 de septiembre de 1971. El Poder nos tuvo miedo y decretó la ilegalidad del rock, promoviendo el ostracismo social contra los jóvenes. Ser estudiante o rockero, se volvió un crimen. Una feroz campaña en los medios acusó a los jóvenes jipitecas de drogadictos, vándalos y degenerados. La contracultura juvenil sufrió el desprecio social, el acoso policial y la represión sostenida; hasta llegar a la mediocre normalidad del país donde no pasa nada. Pero el espíritu libertario no puede ser enterrado y de diversas maneras renace cada año en los nuevos jóvenes que continúan la lucha.


No hay comentarios:

Publicar un comentario