martes, 16 de septiembre de 2014

El heredero de El Corte Inglés, candidato de la extrema derecha

15/09/2014

Tras la muerte del presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, a los 79 años el domingo en Madrid, Dimas Gimeno, su sobrino, se postula como el heredero para presidir la mayor compañía comercial de Europa, como hizo su tío durante 25 años, escribe el periódico español Público.

Dimas, de 39 años, ascendió en agosto de 2013 a director general de la compañía. Sin embargo, hubo una gran polémica en España al conocerse que estuvo en las listas de la Falange Española Independiente hasta en tres elecciones, un partido de extrema derecha, heredero de la dictadura franquista.

Estas candidaturas fueron en los años noventa y principios del 2000 y la compañía trató de distanciarse del ahora heredero y negar su participación, a pesar de estar recogida en el Boletín Oficial del Estado. Sin embargo, Gimeno siguió en El Corte Inglés que ahora hereda.

Su padre, Miguel Ángel Gimeno García, también se presentó por el partido fascista de La Falange en varias ocasiones, al igual que su hermano mayor, Miguel Ángel Gimeno Álvarez, que llegó a encabezar la lista del partido de ultra derecha.

Dimas Gimeno comenzó como vendedor en los grandes almacenes mientras estudiaba Derecho en la Universidad San Pablo CEU de Madrid. En la nueva etapa como presidente de la compañía tendrá a su lado a Manuel Pizarro, que fue un fichaje personal de Álvarez y que se postula, dada su experiencia, como el nuevo hombre fuerte de El Corte Inglés.

El coloso comercial, que cuenta con 100.00 trabajadores, facturó en 2013 14.300 millones de euros. 

2 comentarios:

  1. ¿Falange? Bah! ¿Qué es Falange comparado con el gobierno de esa mega factoría capitalista y de sus 100.000 "falangistas" reclutados por la fuerza (de la necesidad) y los millones de "falangistas" consumidores de su mercancía?
    Obsoletos, el yugo y las flechas se han transformado en un triángulo verde, eso también formó parte de ese obsceno proceso de renovación franquista llamado Transición. Claro que, aún queda algún que otro viejo falangista, nostálgico y trasnochado, contra el que lanzan inútilmente sus críticas los despistados, pero la mayoría de cuantos conforman la renovada camada fascista no siente nostalgia. La nostalgia es algo que sólo experimentan quienes se ausentan de un lugar, y ellos nunca se ausentaron del Poder, que así se llama el lugar en este caso.
    Desde la mencionada Transición hasta hoy, estas hienas son demócratas de toda la vida y sus ejércitos hacen cola: unos a las puertas del INEM, otros a las puertas de sus factorías. ¿La clase trabajadora? Bien, gracias, en las rebajas.

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    1. Ya lo dice el mismo significado de la palabrita: «transición» no supone «ruptura»...

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