martes, 30 de abril de 2013

La corrupción política

El anarquismo tenía y tiene razón: El poder corrompe


CNT-Madrid 

La actualidad de la corrupción política, definida como robo, mentira, engaño y privilegio, destacada por la denuncia de la corrupción generalizada en el partido del Gobierno del PP por su ex tesorero, Luis Bárcenas.

Incluida la suya propia con más de 22 millones de euros en Suiza, y el caso «Gurtel» de financiación ilegal del PP, no hace sino que reflejar lo que es el poder y la política del poder: la corrupción en toda su extensión, el robo, la mentira, el engaño y el privilegio, abarcando a todas las grandes y pequeñas instituciones del Estado, a todas las esferas del Gobierno, a todos los partidos políticos y a toda la clase política.

La financiación ilegal y la corrupción abarca a todos los partidos políticos, más de 300 políticos están juzgados por corrupción, y otros cientos más denunciados y no procesados por falta de pruebas, no por que no existan o no haya sucedido. También, es numerosa la cantidad de cargos públicos de la totalidad de las instituciones del estado que han sido condenados y acusados de corrupción, desde las más altas instituciones del Estado, sin excepción, por supuesto, la monarquía y la familia real también (Urdangarin, cacerías reales, mantenimiento y prebendas). Los procesos y condenas judiciales a los grandes partidos políticos PP, PSOE, CiU, PNV por financiación ilegal y corrupción es una constante histórica.

Corrupción política de todo tipo ilegal y legal. La corrupción como enriquecimiento ilícito e injusto es un robo y existe en sus dos vertientes de ilegal y legal, en función sencillamente de que el estado y los políticos la declaren de una forma u otra, nada más.

La corrupción ilegal, bajo las más diferentes formas de cobrar comisiones por contratación de obras y servicios públicos, financiación política de los partidos políticos con simulación de cursos a parados, organización de certámenes y eventos, asesoramientos e informes escritos y verbales inexistentes, subvenciones a ONG, malversación de fondos públicos, fraude fiscal, evasión de impuestos, blanqueo de capitales, quiebras fraudulentas de empresas públicas y privadas, manipulación de las oposición a servicios públicos, contrataciones de personal, subvenciones, jubilaciones anticipadas de políticos en EREs (Expedientes de Regulación de Empleo) de empresas en las que no han trabajado, indultos a banqueros y conocidos, viajes y hoteles de lujo, campañas publicitarias gratuitas, concursos de obras publicas amañados, acuerdos para controlar el mercado por las empresas, fijación de precios, fraude en los productos, publicidad engañosa, manipulación de los tipos de interés bancarios, falta de transparencia publica… Y sobre todo la corrupción urbanística, de obra civil y bancaria.

La corrupción legal, los sueldos, indemnizaciones, pensiones máximas, junto con todo tipo de prebendas y privilegios de la clase política, ningún tipo de incompatibilidades en el cobro de varios sueldos y pensiones públicos, vehículos oficiales, oficinas y asesores, vacaciones pagadas por empresas y bancos, favores e influencias, donaciones anónimas y publicas empresariales e individuales a los partidos políticos y a sus fundaciones, financiación pública de los partidos políticos, ausencia de supervisión de las cuentas de los partidos políticos, gastos de representación, mantenimiento de su seguridad personal, y sobre todo, su colocación en las grandes empresas y bancos al dejar la política con sueldos millonarios, destacando la legislación para defender sus privilegios, como la amnistía fiscal, paraísos fiscales, exenciones fiscales y supresión de impuestos, y todo tipo de legislación que ampara y cubre sus conductas delictivas, inmunidad e impunidad, al no exigirles ningún tipo de responsabilidad personal ni penal por su gestión, fraudes procesales y obstrucción a la «justicia», estafas bancarias, fraudes empresariales, información privilegiada, sueldos e indemnizaciones millonarias de consejos de administración de bancos y empresas, productos bancarios engañosos: las preferentes, la financiación con fondos públicos de sus proyectos empresariales, saneamientos empresariales y de bancos con dinero público, indultos a banqueros, políticos y conocidos, y destacando, la privatización de los servicios públicos pagados con fondos públicos, como corrupción política con mayúsculas, de robo, mentira, privilegio y engaño social, toda esa legislación política, electoral, económica, bancaria, social, laboral, sindical, mercantil, contable, fiscal, jurídica, educativa, sanitaria, religiosa, militar, penal, civil, matrimonial, cultural, deportiva, urbanística, medioambiental, hipotecaria, propagandística de los medios de comunicación, para defender sus privilegios y riqueza, de toda una clase política, que por naturaleza definimos corrupta.

La crítica del anarquismo al poder en su totalidad, denunciando la corrupción de la política, del poder, del Gobierno y de la clase política, demuestra la clarividencia de unas Ideas sociales que cada día están más de actualidad por el rigor y el acierto en sus predicciones, análisis y soluciones: la sociedad sin estado, sin poder, sin autoridad, sin gobierno, en su lugar el federalismo económico y social.

La corrupción es consustancial al poder, lo uno sin lo otro no puede existir, es la cara y cruz de la moneda. El poder corrompe, históricamente y en la actualidad es así, y de una forma generalizada. El poder se utiliza para enriquecimiento de quien lo ejerce, en la medida que puede, y a costa de los demás, tanto en su forma legal como ilegal, se use de forma individual como clase social y política, y siempre con el respaldo de la mentira y la violencia institucional.

Podemos recomendar algunos libros para ilustrar la esencia del poder y del Estado: El Estado en la historia de Gastón Leval, Dios y el Estado de Miguel Bakunin, y El Estado de Pedro Kropotkin, entre otros.

lunes, 29 de abril de 2013

Un neonazi apuñala a un joven en Valladolid

Manifestación neonazi del pasado viernes por Valladolid

La agresión se produjo un día después de que se celebrara una manifestación neonazi por las calles de Valladolid


Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han detenido a un conocido neonazi de Valladolid después de que éste asestara 3 puñaladas (dos en el muslo y una en el brazo) a un joven en la zona de Cantarranas.

El detenido, según confirman fuentes policiales, tiene un amplio historial de antecedentes policiales por hechos similares y fue identificado inmediatamente por su propia víctima. Se le conoce por el apodo de «Heineken» y es miembro activo del grupo de extrema derecha que recientemente ha alquilado un local en la calle Peña de Francia, número 13.

El joven agredido, que fue ingresado en el Hospital Clínico Universitario, se encuentra fuera de peligro. Es integrante de un grupo musical de punk-rock Free City, que actuó el pasado 23 de abril en la fiesta de Villalar de los Comuneros.

Fuentes policiales consultadas por últimoCero relacionan directamente esta agresión con la manifestación del grupo nazi Respuesta Estudiantil que se celebró en la tarde del viernes. Tan sólo un día después, en la confluencia de las calles Platerías y Macías Picavea, sobre las 2 de la madrugada, se produjo la agresión.

Las fotos del agresor, el joven neonazi conocido por el apodo «Heineken», al que se ha podido ver en campos de fútbol, corrieron el domingo como la pólvora por todas las redes sociales.

El sindicato CNT ha sido el primero en emitir un comunicado de prensa para condenar esta nueva agresión fascista. Bajo el título 'Tolerancia cero con el fascismo' muestran «total solidaridad con todos aquellos que hacen frente» a este tipo de agresiones. «Es necesaria una respuesta activa contra estos elementos que no tienen cabida en nuestros barrios, en nuestras calles, en nuestras ciudades. Denunciar y señalar a los fascistas es el primer paso para detenerles; hay que salir a la calle, movilizarse y mostrar clara y frontalmente nuestro rechazo, dejando bien claro que no vamos a permitir ni una agresión más», asegura CNT en su comunicado.

Por el momento mañana, día 30 de abril, el grupo «Barrios Contra el Racismo» ha convocado ya una concentración de repulsa a las 20 horas en la Plaza de Santa Clara, el mismo lugar desde el que partió, el pasado viernes, la contramanifestación contra la movilización neonazi.


domingo, 21 de abril de 2013

Envían 'vibradores bomba' a jerarcas de la Iglesia católica de España


RT Actualidad / Sociedad
20 abril 2013

Al menos dos consoladores empaquetados junto a una sustancia explosiva han sido enviados por correo a prominentes miembros del catolicismo en España. La Policía está tras la pista de los presuntos autores del envío, un grupo de anarquistas. Una 'bomba sexual' tenía como destinatario al arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez González. Luego de recibir el paquete hace varios meses, los frailes de la sede arzobispal la entregaron inmediatamente a la Policía por la presencia de una sustancia dudosa, sin haberse percatado de lo peligrosa que era.

El segundo 'vibrador explosivo' fue enviado recientemente al director del Colegio de los Legionarios de Cristo, una escuela privada de Madrid. En este nuevo caso, el artefacto detonó en una oficina de Correos.

El colectivo remitente se presentó en un caso como el Club de Artesanos del Café para sus nuevos usos, y en el otro como el Grupo Anticlerical para el Fomento del Uso del Juguete Sexual. Los agentes creen que se trata del 'Comando Insurreccionalista Mateo Morral', un grupo anarquista que reivindicó en febrero pasado la colocación de un artefacto en la catedral madrileña de La Almudena.

Según la versión policial, los responsables de estos hechos todavía carecen de una estructura consolidada y eso solo dificulta la investigación. No se excluye que hubiera otros envíos con el mismo contenido y que no hayan sido denunciados por los destinatarios.

viernes, 19 de abril de 2013

El internacionalismo como aspiración moral y política


Por CAPI VIDAL

Desde sus orígenes, el anarquismo es internacionalista, al igual que lo fue la corriente socialista marxista, aunque ésta traicionaría pronto esa condición en praxis política. Desde el punto de vista ácrata, es tan sencillo como considerar que las fronteras políticas, las naciones, son una evidente consecuencia de la existencia de Estados; por lo tanto, las naciones y las identidades colectivas son también fruto de una degeneración autoritaria y violenta de la sociedad. El internacionalismo hunde sus raíces en la Antigua Grecia, con los filósofos cínicos y estoicos y su visión de la humanidad como un todo natural y moral; el anarquismo observa esta tradición filtrada por la herencia ilustrada y crea una de los componentes esenciales de su filosofía social. En el anarquismo, a diferencia del marxismo y su visión histórica, se considera el internacionalismo o cosmopolitismo como un hecho natural y, sobre todo, como una exigencia ética. Estado, nación y patriotismo se observan estrechamente vinculados a un gobierno y al enfrentamiento entre los pueblos a través de los ejércitos, fuerzas armadas que se encargan de la defensa de la identidad nacional. El nacionalismo se observa desde el anarquismo como un mistificación política, un valor supremo creado artificialmente por lo Estados, que acaba anulando al individuo; se identifica, al menos en los orígenes decimonónicos, con la clase burguesa, mientras que el internacionalismo debería ser inherente a la clase trabajadora.

Carlos Malato, en La filosofía del anarquismo, considera que la humanidad en su desenvolvimiento ensanchó el círculo en que se encontraba encerrada primitivamente: la necesidad fisiológica impuso la agrupación familiar y la reproductiva dio lugar a la tribu, entre los nómadas, y la ciudad entre los sedentarios. Existirían a partir de ahí dos tradiciones en la historia de la humanidad: la federación de pueblos libres, en una, y el Estado en la otra. La visión histórica de este autor, tal vez demasiado lineal, observa el nacionalismo como un progreso frente al provincialismo medieval; sin embargo, el patriotismo en la modernidad sería sinónimo de conservadurismo y son los partidarios de la federación de pueblos libres, del internacionalismo o de la patria única, los movidos por un impulso progresista, noble y generoso. Esta intención no supone quebrar de forma bárbara las costumbres y las lenguas de los diferentes pueblos, sino buscar afinidades naturales y aspiraciones comunes. Los anarquistas no desean acabar con la cohesión y solidaridad entre los integrantes de una misma región, sino superar los obstáculos y extender esos valores al conjunto de la humanidad.

Así, la visión anarquista sobre el nacionalismo es obviamente negativa, con el afán de superar la estrecheces del patriotismo y de las identidades colectivas, y con el objetivo de buscar los lazos de colaboración entre los pueblos expandiendo la libertad y la cultura; no obstante, al igual que ocurre con la religión, el concepto de nacionalismo no resulta unidimensional, pero sí parece una evidente antítesis de la aspiración ácrata al encontrarse asociado a la creación de un Estado para administrar los intereses de una región. Ya Proudhon observaba la nación disociada del Estado, como parte constitutiva de su federalismo político y un elemento clave en la construcción del internacionalismo en la sociedad futura; su visión era flexible y descentralizadora, ya que lo que entendemos como nación debía estar sustentada en otras entidades autónomas como la región, el municipio o el barrio. En Bakunin, no existía otra «liberación nacional» posible que la que se encuentra unida a la revolución social antiestatista y federalista, situando la voluntad consciente del pueblo por encima de cualquier derecho político o histórico; la nación sería para los pueblos, lo mismo que la individualidad para cada ser humano: un hecho natural y social y un derecho a pensar, a hablar, a sentir y a comportarse de una manera propia enfrentado a unos Estados capaces de anular esa libertad, tanto en naciones como en individuos.

La visión de Kropotkin, no muy lejos de la de Bakunin, insistía en que los anarquistas debían hacer todo el énfasis posible en la cuestión social y económica en los llamados movimientos de liberación nacional antiimperialistas. Con Rudolf Rocker, testigo ya de los totalitarismo del siglo XX, sí asistimos a una nítida aversión al nacionalismo al ver detrás de él una clara voluntad de poder y al considerar que el aparato estatal y la idea abstracta de la nación parten del mismo tronco; la separación entre pueblos tiene su origen y su fortalecimiento en la expresión política estatal. Es sabida la divergencia que realizaba Rocker entre nacionalismo y cultura, en su obra de idéntico título, ya que consideraba que era mucho más influyente en el individuo su entorno intelectual que el llamado «espíritu nacional»; éste, unido a su vertiente política, posee las mismas aspiraciones de dominio. En Rocker y en el anarquismo, la separación entre pueblo y nación es tan clara como entre sociedad y Estado; incluso, hay que considerar según el alemán que la nación es una consecuencia del Estado, y no a la inversa. La conciencia nacional, al igual que la religiosa, es una imposición artificial del entorno ambiental y educativo, un claro obstáculo para la emancipación universal. El nacionalismo es, desde este punto de vista, claramente reaccionario, una creación cultural apriorística que subsume al individuo en la categoría de sujeto colectivo y lo relega a una condición histórico-cultura estrecha y parcelada. El propio Rocker consideraba el nacionalismo como la religión del Estado.

Erich Fromm, que observaba al ser humano de una manera admirablemente amplia y analizaba sus males desde puntos de vista tanto sociales como sicológicos, insistía en la necesidad del internacionalismo y de la fraternidad universal (esa solidaridad que desean primar los anarquistas en el desenvolvimiento social y político). Ésta, es sobre todo una aspiración ética, que pasa por la comprensión de la realidad material, social y sicológica de las personas, y que se ve obstaculizada por naciones y Estados, entre otros problemas. La superación de las fronteras es un objetivo físico y política, pero también intelectual y moral.

6-abril-2013

domingo, 14 de abril de 2013

Sobre algunas posiciones críticas de la CNT


Ya que es hoy 14 de Abril, pues recordemos algo escrito sobre el papel del anarcosindicalismo durante la II República, y la persecución al que fue sometido durante ese periodo democrático de nuestra historia (más un «poquito» de panfletarismo cenetista).

Extraido de La Protesta, nº 3 (CNT-Granada):

Algunos acusan a la CNT de haber debilitado y haber facilitado la caída de la II República, que, aunque se llamó a sí misma «República de Trabajadores», no lo fue en ningún caso. Aclaramos que la CNT, aun no comprometiéndose con ningún régimen político, dio a la II República por bien venida, si es que ella iba a favorecer las reivindicaciones obreras. La cosa no fue así. En menos de 5 años, esa República sacrificó a más cenetistas de lo que lo hicieron muchos años de monarquía. La Ley de Organización Sindical, la Ley de Fugas, la Ley de Vagos y Maleantes... fueron todas ellas leyes anticenetistas. La CNT luchó por los derechos de los trabajadores y la II República persiguió por ello a la CNT.

La conspiración contra la República por parte de la reacción española se pone en marcha desde el mismo 15 de abril de 1931 y se le va dando forma y estructura progresivamente en los ámbitos de Mussolini, desde esa misma fecha, y, a partir de 1934, con la subida de Hitler al poder, también en Alemania se van delineando las acciones coordinadas entre los dos Estados fascistas. Una vez producido el levantamiento de julio de 1936, sin la acción de la CNT, ya preparada contra él, la República hubiera durado dos días a lo sumo. La CNT salvó entonces a la República, pero la salvó para la Revolución y esto no lo quisieron ni los republicanos, ni los comunistas, ni los nacionalistas, ni los socialistas de Prieto, Zunzunegui o Besteiro. Que hicieron, todos ellos, lo que hicieron.


Hay, hoy, otros más «izquierdistas» críticos de la CNT por considerarla vieja, dinosauria, encorsetada y hasta burócrática. En este grupo de críticos, generalmente jóvenes, al menos en lo visible, donde reina una gran confusión y donde las contradicciones asoman, si no por todos, por muchos costados, su crítica parece fundamentarse en lo joven frente a lo viejo, en la oposición a lo antiguo por antiguo, pero sin recurrir a argumentos de razón que demuestren la debilidad de los fundamentos confederales. o bien ensalzando la historia de la CNT, pero a la vez declarándola concluida, sin argumentar en qué han dejado de ser válidos los fundamentos de la Confederación.

Están por un lado los que dicen hacer de la autonomía obrera el fuste ideológico de su actitud, picoteando en Marx, en Rosa Luxemburg o en Pannekoek, dicen también ser antipartido, lo cual encontramos muy correcto, y no parecen ser antiorganizativos, pero sí son radicalmente antisindicales, lo que parece llevarles a problemas de puro nominalismo, pues, si están por una organización que defienda la asamblea frente a reformismos partidistas y sindicatos sin finalismo, ¿por qué se empeñan en negar el anarcosindicalismo que, organizativa y prácticamente tiene esa misión de defender la asamblea contra toda clase de reformismo político y económico. En realidad, son marxistas rezagados que no se atreven a descubrir su juego doctrinal, lo que les obliga a saltimbanquear de un discurso a otro y a frecuentes falseamientos, con consecuencia de un confusionismo oscurantista por falta de clarificación en el qué, el cómo, el medio y el fin, así como a incursiones intermitentes en la pura metafísica idealista. La sustitución del principio de subordinación por el principio de coordinación es la espina dorsal del anarcosindicalismo, pero, sin la clarificación de los extremos a que aludimos, la marcha de consejo obrero en consejo obrero va a culminar, precisamente por no clarificar los pasos y modos intermedios, en un consejo último que tiene todas las papeletas para convertirse en un Consejo Central Subordinante. Por otro lado y aunque declaren, verbalmente, estar en contra los partidos, el hecho es, como ocurrió en el caso de Pannekoek, que, al dejar en oscuridad el campo administrativo, en realidad, lo que dejan es el campo abierto a entidades de carácter político que reservarían para sí la decisión decisiva por antonomasia, ncluso por encima del Consejo Obrero Central. Los fracasos y debilidades del sistema de consejos ensayado en Berlín, Munich o Turín debiera servir de factor clarificativo a los que están en esta línea.

En otro bando, están los del «no-compromiso», los individualistas antiorganizativos, que sin embargo se «organizan», los que no tienen ni medianamente planteada ni teóricamente justificada su posición anti-trabajo como vía de liberación personal, ni cómo desde ella se puede llegar a la revolución, ni cómo ha de ser el principio económico de ésta, ni cómo desde la absoluta ignorancia técnica del laborar se pueden alimentar 6.000 millones o más de personas sobre la Tierra, ni cómo, de la noche al día, se puede adquirir por ciencia infusa ese saber laborar, sin el que la pura subsistencia física se hace imposible. Contra el trabajo asalariado estamos todos y contra él luchamos, pero, por la vía del anti-trabajo o de las falsas soluciones individuales, no se lo puede superar, sino que se contribuye a perpetuarlo...

La CNT está y estará siempre con la juventud porque la juventud es la vida avanzando, pero la CNT es consciente de que la vida no tiene sólo dimensiones físicas y sabe que hay ideas milenarias que son perfectamente jóvenes, si están sustentadas en la razón, que siempre es joven cuando es razón. La dialéctica antiguo/moderno, o de lo viejo y lo joven, planteada desde el puro punto de vista temporal, es un sofisma, una falsa dialéctica. Muchas ideas limpias resultan desfiguradas en el tiempo por ser objeto de un manoseo interesado. Es contra este manoseo contra lo que hay que estar, pero no contra la idea original desfigurada por ese manoseo.

El impulso juvenil es grandioso, pero, si le acompaña la ceguera o la ligereza mental, puede estar dando ventajas a aquello que quiere combatir. La CNT es el único sindicato revolucionario de cuantos hay en escena; de su capacidad transformativa y de su oposición indeclinable al sistema establecido dio y sigue dando suficientes pruebas. Actuar, pues, planteándose otras cosas, pero, en realidad o principalmente, por puro anticenetismo irreflexivo, y contribuir con ello al debilitamiento de esta fuerza es hacer un flaco favor a la causa que apunta a la superación del sistema. Cuando uno se plantea en serio la transformación revolucionaria de a sociedad debe no sólo actuar, sino pensar en el alcance y las consecuencias de los propios actos.

Juan G.L. 
Mayo 2006  

sábado, 13 de abril de 2013

'Fiesta' anti Thatcher en Trafalgar Square

 
13 - abril - 2013

Al grito de 'Maggie, Maggie, muerta, muerta' y bajo una lluvia implacable [más de] unos 1.000 manifestantes se han congregado en la londinense Trafalgar Square esta tarde para 'celebrar' la muerte de Margaret Thatcher.

La llegada de los sindicalistas de la Unión Nacional de Mineros ha sido el punto álgido de una protesta relativamente pacífica, vigilada por decenas de policías que se han incautado de botellas de champán y cerveza.

Un títere gigante de la 'Dama de hierro' ha presidido el inusual festejo, animado por gente como Steward Jones, un 'punkie' que ha acudido a la concentración con una veleta rematada por una bruja, en clara referencia a la canción tabú La bruja ha muerto, parcialmente censurada en la BBC y que ha dado título a la convocatoria a través de Facebook.

Las escobas, los disfraces de bruja y las botellas de champán han estado muy presentes en las fiestas callejeras que arrancaron ya el lunes en Brixton, Bistol, Liverpool, Glasgow y Belfast.

«Estoy aquí por las víctimas de la guerra, la desesperación y la pobreza causadas por la 'Dama de Hierro'», ha podido leerse en la pancarta exhibida por la profesora Ellen Canahan, que ha acudido a la protesta con su hijo de siete años.

Los ex mineros de Durham habían decidido unirse a los sindicalistas, a los anticapitalistas y otros grupos de la izquierda británica en la fiesta anti-Thatcher de Trafalgar Square, escenario de los disturbios que causaron más de un centenar de heridos y 300 detenidos durante las protestas contra la 'poll tax' en 1990.

También en Glasgow, cientos de manifestantes han confluido en la George Square, donde han quemado una efigie de Thatcher y un misil de cartón. La convocatoria fue organizada por el grupo antinuclear Scrap Trident Coalition.

El alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, había reconocido previamente el derecho de los detractores de Thatcher a expresar su opinión, pero dio instrucciones a la policía para no tolerar alteraciones del orden público ni actos irrespetuosos contra ella a los cinco días desde su muerte.

Convocatoria reivindicativa

La protesta se gestó hace nueve años, a través del grupo Class War, el primero en convocar «una celebración en Trafalgar Square el sábado siguiente a la muerte de Thatcher». A las pocas horas de su muerte, el pasado lunes, empezaron a circular ya los panfletos anunciando la convocatoria.

La organización UK Uncut había convocado también para este sábado protestas en Brixton, King Cross y otros lugares de Londres contra el legado de Thatcher y los recortes sociales.

La protesta ha estado centrada en el 'impuesto del dormitorio' que afectará a 660.000 familias en viviendas sociales. Los miembros de UK Uncut han llevado también la protesta ante la casa del ministro del Tesoro, George Osborne, y las mansiones de varios millonarios en Londres. Scotland Yard intentó un acercamiento infructuoso a los organizadores para garantizar la seguridad durante las protestas.

La policía londinense y los servicios de inteligencia del MI5 han peinado las redes sociales para detectar posibles amenazas, especialmente de grupos anarquistas y republicanos, durante los días que preceden al funeral del 17 de abril, al que asistirán la reina Isabel II y más de 2.000 personalidades de todo el mundo.

Lucha minera

Los mineros de Durham, que perdieron más de 1.400 puestos de trabajo tras el pulso mantenido con Thatcher, han decidido celebrar una fiesta en Easington Colliery, coincidiendo con el funeral. Este sábado, como anticipo, los mineros han bajado con pancartas manchadas de carbón hasta el corazón de Londres.

«Celebramos el final de una era y de una personal que destruyó nuestras comunidades», ha declarado el ex secretario del sindicato minero, David Hopper. «Nuestros pueblos se parecen a Beirut desde entonces, pero por un día vamos a enterrar nuestras tristezas y a celebrar que la causante de nuestros males no volverá».

lunes, 8 de abril de 2013

El mito de la vida rural

 
Colin Ward

En Inglaterra, el país más urbanizado del mundo, hemos alimentado durante siglos el mito de la vida rural, un mito compartido por los seguidores de todas las tendencias políticas. En su libro The Country and the City, Raymond Williams, ha demostrado como, a través de toda la historia, este mito ha sido reforzado por la literatura que siempre colocaba el paraíso perdido de la sociedad rural en épocas pasadas. La pena es, observa E.P. Thompson, que el mito ha sido «dulcificado, embellecido, mantenido con vida y, finalmente, asumido, por los habitantes de las ciudades, como punto de referencia obligado en la crítica del industrialismo. Por ello, ha servido para proporcionar una coartada a la falta de valor utópico, a la hora de imaginar como podría ser una verdadera comunidad en una ciudad industrial; incluso para darse cuenta de todo lo que ya se podría haber realizado en este sentido».

Igual que Williams, Thompson atribuye a esta tendencia un poder debilitador: «es una hemorragia cultural continua, una pérdida de sangre rebelde que fluye hacia Walden o hacia Afganistán, hacia Cornualles o hacia México, mientras los habitantes de las ciudades no sólo no resuelven nada en su país, sino que se mecen en la engañosa ilusión de liberarse, en cierta medida, de la contaminación de un sistema social del cual ellos mismos forman parte como producto cultural». Como señalan ambos autores, los descuidados pastorcillos del sueño arcaico, hoy son tan sólo «los pobres de Nigeria, de Bolivia y del Pakistán».

Paradójicamente, las poblaciones rurales del Tercer Mundo se vuelcan en masa sobre las ciudades. Si quieren encontrarse hoy ejemplos de ciudades anárquicas, realmente existentes, es decir, ejemplos de enormes agrupaciones humanas que no sean el producto de una planificación gubernativa sino de la acción popular directa, hay que buscarlas en el Tercer Mundo. En América Latina, en Asia y en África, el trasvase de enormes masas de población a las ciudades, verificado en los dos últimos decenios, ha dado lugar a la formación de inmensos barrios abusivos en la periferia de los grandes centros, habitados por multitud de esos invisibles a quienes, oficialmente, se niega una existencia urbana. Pat Crooke observa que las ciudades crecen y se desarrollan en dos niveles: por una parte el oficial, teórico; por otra, el característico de la mayor parte de las poblaciones de muchas ciudades sudamericanas, es decir, la masa no oficial de ciudadanos que instauran una economía popular, al margen de las estructuras financieras institucionales de la ciudad.

Una forma de reducir la presión que amenaza con hacer explotar los contenedores urbanos, sería mejorar las condiciones de vida en los pueblos y en las pequeñas ciudades provincianas. Pero esto presupone una radical transformación del concepto de propiedad de la tierra, la creación de industrias a pequeña escala con un uso intensivo de la fuerza de trabajo, y un crecimiento notable de la producción derivada de la agricultura. Mientras todo esto no sea posible, la gente continuará eligiendo tentar la suerte en la ciudad, antes que dejarse morir de hambre en el campo. La gran diferencia entre la situación actual y la explotación urbanística en la Inglaterra del siglo XIX, se explica por el hecho de que entonces la industrialización precedió siempre a la urbanización, mientras que hoy ocurre precisamente lo contrario.

Generalmente, los barrios de chabolistas de las ciudades del Tercer Mundo son considerados terreno fértil para la difusión de la criminalidad, del vicio, de las enfermedades, de la desorganización social y familiar. Pero John Turner, el arquitecto —anárquico— que más que ningún otro, ha contribuido a cambiar nuestra forma de ver esta realidad, afirma: «Diez años de trabajo en las barriadas peruanas me han enseñado que la concepción habitual es completamente errónea: aunque funcional para intereses políticos y burocráticos ocultos, es absolutamente inadecuada para la realidad… No hay caos ni desorden, sino ocupación organizada del terreno público a despecho de la violenta represión policial; organización política interna con elecciones locales cada año; cohabitación de millares de personas sin protección por parte de la policía, y sin servicios públicos. Las chabolas de paja construidas durante la ocupación, se transforman lo más rápidamente posible, en casas de cemento, con una inversión conjunta en materiales y fuerza de trabajo, del orden de millones de dólares. Los niveles de empleo, los salarios, los niveles de alfabetización y de instrucción, son mucho más altos que en los guetos del centro de la ciudad (de los que han huido muchos habitantes de las barriadas), y, en general, por encima de la media nacional. El crimen, la delincuencia juvenil, la prostitución y el juego de azar son raros, excepto para los hurtos de poca importancia, cuya incidencia es, por otra parte, aparentemente más baja que en otras partes de la ciudad».

¡Qué extraordinaria contribución a la capacidad de solidaridad y de asistencia recíproca de la gente humilde, de cara a la autoridad! El lector que conoce El apoyo mutuo, de Kropotkin, no podrá por menos de recordar, al llegar a este punto, el capítulo en el cual el autor elogia la ciudad medieval observando que «allí donde los hombres han encontrado, o han esperado encontrar, protección tras los muros de la ciudad, han establecido pactos de alianza, de fraternidad y de amistad, llevados por un único ideal firmemente dirigido a la realización de una nueva vida de libertad y de solidaridad recíproca. Y han conseguido tan bien su intento, que en trescientos o cuatrocientos años han cambiado la cara de Europa». Kropotkin no es un romántico adulador de las ciudades libres medievales, sabe bien cuáles fueron sus defectos y cómo no pudieron impedir que se establecieran relaciones de explotación con las poblaciones campesinas. Pero su interpretación del proceso de desarrollo, está revalidada por los estudiosos más modernos. Walter Ullmann, por ejemplo, observa que «representan un ejemplo bastante claro de entidades autogobernadas», y que «con el fin de regular sus transacciones comerciales, la comunidad se reunía en asamblea… y la asamblea no “representaba” simplemente, sino que ella misma era toda la comunidad».

«La ciudad anárquica»
BICICLETA, nº 19
Revista de comunicaciones libertarias
(Septiembre 1979)

domingo, 7 de abril de 2013

Sobre los comuneros de Castilla

 

En estas fechas [23 de abril] se suele conmemorar la revuelta comunera castellana de 1520-22 (que empezó en Toledo y acabó en Toledo, no con la derrota de Villalar). Rebelión encabezada por las villas y ciudades del interior peninsular que pedían al rey no tener que pagar impuestos para costear sus ambiciones imperiales en tierras lejanas, como también que los cargos públicos del reino estuviesen en manos de castellanos y no de extranjeros. A esto habría que añadir las exigencias consistentes en una mayor participación del reino en los asuntos políticos a través de unas Cortes más representativas y capaces de limitar el poder del mismo monarca. Y, por presión popular, a una mayor democratización del gobierno en los municipios. Gran parte de la nobleza cambió de bando debido a esta radicalización, cuando sintió peligrar sus privilegios.

Siglos después, muchos pretendieron ver en esta insurrección el precedente de las modernas revoluciones liberal-democráticas. Aunque se haya dividido la historia por edades, fijando una especie de límite entre la Edad Media y la Moderna, los acontecimientos del siglo XVI estuvieron más condicionados por los conflictos sociales de su, no muy lejano, pasado medieval. Solamente que en ese episodio convergieron varios a la vez.

La revuelta comunera fue, ante todo, un movimiento urbano cuya fuerza de choque la formaron los artesanos y los comerciantes, amparada de levantamientos rurales antiseñoriales, acaudillados por el patriciado urbano. Patriciado —compuesto por la pequeña nobleza caballeresca— que ejercía el verdadero poder dentro de los municipios, en contra de la idea de una «democracia directa» en manos de la asamblea vecinal o concejo abierto, lo típico dentro de una desigual sociedad como la feudal del momento. Las ciudades medievales no fueron esos centros independientes y libres que se nos han hecho creer, estaban sometidos por lazos de vasallaje a los reyes y aristócratas, que eran sus verdaderos señores soberanos. Los derechos o fueros que tenían fueron otorgados, pero no conquistados. El gobierno local lo ejercía esta minoría privilegiada que heredaba los cargos, en algunos casos, o compartían y se turnaban los diferentes linajes, una oligarquía concejil. Pocos casos hubo en que los representantes del pueblo llano participaron, lo que supuso constantes conflictos violentos entre ambos grupos sociales.

A mediados del siglo XIV se institucionalizó por orden regia este tipo de concejos restringidos, también llamados regimientos, lo que vino a dar contenido legal a una situación ya existente en los municipios castellanos desde tiempo atrás. No fue un fenómeno ajeno al feudalismo de entonces. Según avanzaban sus conquistas hacia el sur musulmán, los reyes concedían libertades a las ciudades, además de obtener impuestos y milicias, también con el motivo de atraer nuevos pobladores: los fueros. Los municipios además de su núcleo urbano tenían su alfoz, el término territorial que dominaba incluyendo aldeas rurales subordinadas a estos. Aunque se dedicasen al comercio y la artesanía, su base económica seguía siendo la agropecuaria, cuyos propietarios eran los más ricos. Los vecinos tenían derecho a usar los bienes comunales, como montes y pastos, aunque no todos los habitantes tenían la condición de vecinos, los moradores que tenían pocos derechos.

La oligarquía urbana (descendiente de los aldeanos que podían mantener caballo y armas: los caballeros villanos) tenían el privilegio de no pagar impuestos, eran los exentos, igual que el clero y los nobles. Las cargas fiscales las pagaban la gente del común o pecheros, exceptuando los más pobres. Entre esta gente del común había ricos y pobres, propietarios de tierras y jornaleros, artesanos con taller y sus oficiales y aprendices, mercaderes y comerciantes, un grupo social muy diversificado. Las minorías étnico-religiosas estaban aparte y solían padecer los ataques de una población frustrada en épocas de crisis. Desde mediados del siglo XIV, y por encima de todos, estaba el representante del rey: el corregidor, al que tenían que mantener. Cuando la nobleza no pudo obtener más tierras de conquista al frenarse la expansión del reino, buscó otras alternativas para impedir el descenso de sus ingresos, conminando a los monarcas para que les concediesen otros privilegios más a costa de los municipios. Y los reyes para fortalecer su poder les entregaron el dominio de varios municipios, entrando en conflicto con las oligarquías urbanas. Oligarquías que no dudaron en recurrir al apoyo de las clases populares contra las pretensiones anexionistas de los grandes. Valiéndose, incluso, de la propaganda basada en el «bien común» que sólo servía a sus intereses particulares, otras en cambio preferían llevarse bien con el rey y la alta nobleza. Durante la rebelión comunera se plasmó tal conflicto, y tales posturas, poniéndose al frente del movimiento, momento que también aprovechó el común o pueblo menudo para exigir lo suyo. Aunque se pueda considerar la rebelión como una especie de lucha de clases, la realidad fue que en ambos bandos había de todo.

Otra petición comunera era que hubiese una mayor representatividad en las Cortes. De un centenar de municipios que se presentaron a inicios del siglo XIV, en el siglo XV solamente quedaron diecisiete (dieciocho, tras la toma de Granada por los Reyes Católicos). Cortes que eran convocadas por los reyes, cuando querían y no estaban obligados a solucionar los problemas que se les presentaban, solamente para votar nuevos impuestos. En ellas estaban representados los tres estamentos: nobleza, clero y los municipios. Hablar de ellas, comparándolas, como si de un tipo de parlamento fuesen, no tiene sentido: sólo tenían un carácter consultivo. Decir que con la derrota comunera Castilla perdió sus libertades, no es verdad, porque no existían tales.

Por mi parte, los comuneros con los que mejor me identifico son los parisinos de 1871, y no los castellanos de 1521. Aunque yo sea nativo de aquí, de estas tierras mesetarias.

Krates

viernes, 5 de abril de 2013

90 aniversario de la visita de Einstein a los locales de la CNT en Barcelona




En Cataluña las iniciativas culturales estaban a la orden del día, se fundaban nuevos ateneos como el Polytechnicum en la calle Sant Pere Més Alt y dentro de esta entidad Pau Casals constituía la Asociación Obrera de Conciertos. La Comisión de Cultura y el Patronato Escolar del Ayuntamiento de Barcelona se habían impuesto el deber de crear nuevas escuelas. La Mancomunidad y el Instituto de Estudios Catalanes dirigían la cultura con mayúsculas y la acercaban al pueblo. En esta sintonía cultural, el científico y matemático Albert Einstein, visitó Barcelona el 24 febrero de 1923. Einstein venía invitado por la Mancomunidad de Cataluña, a través de los Cursos Monográficos de Altos Estudios de Intercambio, para exponer su teoría de la relatividad. El científico llegaba a Barcelona convertido en una celebridad mundial, la prensa le calificó como el Newton del siglo XX y le comparaban con los grandes genios universales Galileo y Copérnico. La Vanguardia (25-2-1923), decía:

«Precedido de fama mundial ha venido a Barcelona el doctor Einstein, para explicar en un cursillo de conferencias su famosa teoría de la relatividad. En los Estados Unidos, en Londres y recientemente en París, alcanzó el sabio alemán ruidosos triunfos con sus conferencias dadas en las más importantes corporaciones y sociedades científicas.»

El científico alemán dio la conferencia inaugural en el salón de sesiones del Palacio de la Diputación Provincial, figurando en la presidencia el presidente de la Mancomunidad y de la Diputación Josep Puig i Cadafalch, el presidente de la Comisión Municipal de Cultura Sr. Viza, el diputado a Cortes Pere Coromines y el cónsul alemán. En la sala había representantes de las entidades e instituciones culturales barcelonesas. Al día siguiente, la conferencia fue en la Escuela del Trabajo, acto que fue presidido por Josep Puig i Cadafalch, Esteve Terrades y Rafael Campalans. El cronista recogía la impresión de la conferencia y manifestaba que el conferenciante, más que un sabio, parecía un profesor que se dirigía sencillamente a sus alumnos. Terminado el acto, la comitiva que hacía de cicerone de Einstein le paseó por algunos rincones de la ciudad y acudieron al Instituto de Estudios Catalanes y el Ayuntamiento de Barcelona.

El científico no quiso abandonar Barcelona sin visitar la sede de la CNT, así, el 27 de febrero, se presentó en uno de los locales del Sindicato Único, en la calle Sant Pere Més Baix. La sala estaba llena de obreros que ya habían oído hablar del compromiso social del científico. Los viejos y jóvenes anarcosindicalistas puestos en pie rendían un cálido homenaje emocionante al sabio alemán. Albert Einstein y Ángel Pestaña conversaron en francés, y el científico hizo un elogio de los obreros catalanes:

«Vosotros —dijo— sois revolucionarios de calle y yo soy de la ciencia».

Solidaridad Obrera (11-3-1923), que se hacía eco de la visita de Einstein a la ciudad, afirmaba que el científico había aceptado presidir el III Congreso de la Asociación Mundial Internacionalista de Esperanto y recordaba su paso por el sindicato:

«Como recordaréis, camaradas, cuando Einstein estuvo en Barcelona fue a visitar a la representación obrera en el local de la Distribución, donde pronunció un elevado discurso, contestándole Pestaña en nombre de la Confederación Nacional del Trabajo.»

La CNT, a pocos meses de su regreso a la legalidad, había demostrado ser una organización fuerte y con las ideas claras. Una organización obrera que volvía a tener en sus filas miles de afiliados. Una organización con muchos militantes curtidos en las luchas clandestinas. Entre sus principales líderes, por encima de todos, destacaba la figura de Salvador Seguí «el Noi del Sucre», el cual en la conferencia que había pronunciado en el Teatro Trianón habló de los valores de la civilización naciente:

«¿Cuándo será resuelto el problema social? Cuando todos los hombres se formen en el espíritu de justicia [...] Que responda siempre por nosotros la justicia y la libertad que hayamos sido capaces de forjar, que son, sin lugar a dudas, los valores que deben poner el hombre en condiciones de liberarse moralmente, físicamente y económicamente. Esta será nuestra obra, esta es nuestra obra.»

CNT. La Fuerza obrera de Cataluña
Editorial Base, Barcelona, ​​2013.

martes, 2 de abril de 2013

El antimilitarismo sale caro en Israel: un joven, encarcelado ocho veces


Un joven israelí ha sido condenado a 14 días de cárcel por octava vez en los últimos seis meses. Se le encarcela por su negativa a servir en el Ejército israelí y a «participar en este cínico juego», en referencia a la ocupación israelí de Palestina. El martes, el objetor de conciencia Nathan Blanc llegó a la Oficina de Reclutamiento de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) por octava vez desde el pasado mes de noviembre. Allí, en una base militar cerca de Tel Aviv, como en las anteriores siete veces, informó al Ejército de que se niega a realizar el servicio militar, obligatorio para todos los jóvenes israelíes.

De acuerdo con la ley israelí, a raíz de su negativa a alistarse, Blanc fue detenido. La sentencia se cumplirá en la Prisión Militar Número 6.

Blanc pertenece a la pequeña minoría de aquellos que se niegan a servir por una cuestión de principios. Entre los varios centenares presos de la cárcel (entre 300 y 400), él es el único objetor de conciencia desde noviembre. A diferencia de muchos otros, la posibilidad de alegar probemas de salud para evitar el servicio militar no es una opción para Blanc.

El servicio militar en Israel se presta tras la graduación en la escuela secundaria, y dura tres años para los hombres y dos para las mujeres. La negativa a cumplir con el servicio, por la razón que sea, es sancionada.

«Fue una decisión muy difícil, me he tomado tiempo para llegar a adoptarla», dijo Nathan al rotativo británico The Guardian.

Este joven de 19 años consideró seriamente la negativa a servir durante la operación Plomo Fundido de 2009, que se cobró la vida de unos 1.400 palestinos. Ahora culpa al Gobierno israelí de «no estar interesado en encontrar una solución a la situación existente [de conflicto en Cisjordania]» y dice que tiene «el deber moral de negarme a participar en este cínico juego». En cambio, Blanc se ofrece para un servicio alternativo.

«El Ejército tiene una definición estrecha de los pacifistas: los que nunca usan la fuerza en ninguna circunstancia», explica el joven. «El comité de conciencia [de la FDI] hace preguntas difíciles, y yo no sería capaz de decir 'nunca'. Creo que la fuerza debe usarse de vez en cuando, y no puede ser completamente descartada».

El 25 de marzo, Amnistía Internacional pidió a las autoridades israelíes que acepten las creencias Blanc y que dejen de encarcelarle.