sábado, 3 de marzo de 2012

Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos


La Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos fue el primer sindicato de panaderos de la República Argentina.

Fue fundada el 18 de julio de 1887 en Buenos Aires, Argentina, por iniciativa del anarquista italiano Ettore Mattei. Será la primera sociedad de resistencia de la Argentina basada en los principios de la acción directa y la huelga revolucionaria. Errico Malatesta, que residió en Argentina entre 1885 y 1889, redactó sus estatutos. En artículo primero declaraba: «Lograr el mejoramiento intelectual, moral y físico del obrero y su emancipación de las garras del capitalismo.»[1]

Según el historiador Iaacov Oved,
En esos reglamentos, que redactó Malatesta, destaca la visión del sindicato como órgano de resistencia y solidaridad de clase. Resalta la convicción de la importancia que tiene la organización federal (lugareña, regional o territorial) y se señala la tendencia a llegar a una Federación Regional Argentina de Trabajadores, así como a la solidaridad internacional. Se puede señalar que el único elemento con tonalidad anarquista aparece en el artículo 7: Esta sociedad no debe inmiscuirse en cuestiones políticas. Esos estatutos sirvieron de modelo a muchos otros creados en esa década por militantes anarquistas. Sabemos de esa orientación entre zapateros, zingueros, obreros mecánicos.[2]
Ettore Mattei fue inicialmente el secretario gerente del gremio y el redactor jefe de su órgano de difusión, que se editó entre 1894 y 1930: el periódico «El Obrero Panadero». Otro colaborador importante de la organización fue el italiano Francesco Momo. En enero de 1888 tuvo éxito en organizar su primera huelga, que duró 10 días y obtuvo mejoras para los trabajadores; este triunfo impulsó y catapultó a las organizaciones obreras anarquistas, que comenzaron a ejercer una fuerte preponderancia dentro del movimiento obrero argentino.[3]

Como curiosidad, cabe destacar que los miembros de esta sociedad anarquista fueron quienes renombraron a las masas de repostería y facturas horneadas en Argentina, que son popularmente conocidas en la actualidad con nombres que hacen alusión o burla a temáticas religiosas y militares. Entre las denominaciones creadas por los panaderos anarquistas figuran los sacramentos, borlas de fraile (o suspiros de monja), cañones, bombas y vigilantes.[4]

REFERENCIAS:
[1] Giustachini, Ana Ruth. La dimensión verbal en el teatro anarquista: la columna de fuego de Alberto Ghiraldo
[2] [3] Accurso, Ricardo. Un Anarquista Italiano en La Argentina del Siglo XIX: Errico Malatesta.
[4] Christian Ferrer. Cabezas de Tormenta: Ensayos sobre lo ingobernable. Editorial Utopia Libertaria; Buenos Aires, Argentina, 2004; p. 62-63.

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