sábado, 28 de mayo de 2011

Agustin Garcia Calvo en la Puerta del Sol

Asamblea de la Puerta del Sol

Habla Agustín García Calvo

Madrid,19 de mayo de 2011


Sois la alegría, es la alegría de lo inesperado, de lo no previsto, ni por parte de las autoridades y gobiernos, ni por parte de los partidos de cualquier color, verdaderamente imprevisto: vosotros mismos o casi todos, hace unos pocos meses o semanas, tampoco lo preveíais que pudiera surgir. Aunque esto es así, la alegría es lo inesperado y no hay otra alegría, no hay futuro, como repetiré ahora, sin embargo voy a decir algo que parece contradictorio, que es que yo estaba esperando esto desde hace cuarenta y tantos años, 46. [Vivas y aplausos]

Os cuento un poco cómo: por los años sesenta, como habéis oído los más jóvenes, empezó a levantarse por el mundo una oleada principalmente de estudiantes en las universidades, campus y sitios así de Tokio, California… En el 65, en febrero, esa oleada llegó a Madrid; yo me dejé arrastrar por ella con mucha alegría, me costara lo que me costara; como sabéis la ola después siguió en Alemania con Rudi Dutschke «el Rojo» y después finalmente en Francia, con el famoso Mayo francés, donde fue más o menos terminando la ola. Os voy a decir cómo entiendo yo que aquello del año 65 se relaciona con esto. Tal vez alguno de los más viejos o no tan viejos os lo podrán decir que aquí seguramente incluso los padres de los más viejos de vosotros eran en aquel entonces estudiantes en la Ciudad Universitaria de Madrid, corriendo conmigo delante de los guardias, que entonces se llamaban los grises..., pero por mi parte os lo voy a decir: es que en aquellos años en el mundo avanzado o «Primero» se estaba estableciendo un régimen, un régimen del Poder, que es justamente éste mismo que ahora estáis padeciendo conmigo… Me callo un poco mientras... [Mucho jaleo. Una voz: «No te calles, sigue!»] … Se estaba estableciendo este régimen, que es el que hoy estáis padeciendo conmigo, y que es, para decirlo brevemente, el régimen, la forma de poder en que el Estado, la gobernación, la administración estatal está del todo confundida con el Capital, con las finanzas, con la inversión financiera: enteramente confundida. [Aplausos, gritos] Por tanto se puede decir que es el Régimen del Dinero, simplificando, y por tanto yo creo que muchos de vosotros por lo bajo estáis sospechando que es contra eso principalmente contra lo que os levantáis, contra lo que sentís ganas de gritar, de decir lo único que el Pueblo sabe, que es decir ¡NO! [Aplausos largos. Voces: «¡Ahí está!»]

Por tanto, aquello que me arrebató a mis treinta y nueve años, hace cuarenta y seis, es lo mismo que ahora llega a su culminación, a su casi vejez: el régimen del Estado-Capital, el régimen del dinero, efectivamente da señas él mismo de estar cansado, con cosas como los cuentos de la larguísima crisis y cualesquiera otros que os lleguen, y con las cifras y estadísticas con las que cada día tratan de entreteneros para que no sintáis, no os deis cuenta de lo que está pasando por detrás de las cifras y de los nombres que gobiernos o partidos sacan para eso, para teneros entretenidos precisamente. De manera que es bastante lógico que me encuentre entre vosotros en este momento de, más que madurez, envejecimiento del régimen, como me encontraba en sus comienzos. Para mí el levantamiento de los estudiantes por el mundo en el 65 obedecía a que se daban cuenta de lo que nos venía encima; ahora vosotros habéis tenido mucha más cantidad de sufrimiento directo de lo que el régimen es, aunque lo llaméis con diferentes nombres a este sufrimiento, y por tanto es, al mismo tiempo que inesperado, lógico que os estéis levantando y voceando contra ello.

Yo puedo contaros más, pero tampoco querría, por ponerme aquí a colaborar a mi manera con este levantamiento, como quiera que lo llaméis, no querría parecer que vengo a dar consejo, pero, a pesar de que no quiero parecer tal cosa, os voy a adelantar un par de ocurrencias que me vienen, ocurrencias negativas sobre todo. Lo primero es no contar para nada con el Estado sea cual sea: ninguna forma de organización estatal. [Aplausos y revuelo] Es un error que por lo que veo muchos de vosotros percibís sin que haga mucha falta decíroslo. Por tanto, y a consecuencia y a continuación, tampoco se puede utilizar para nada la Democracia, ni el nombre de «democracia». Lo siento, esto ya veo que no despierta tan inmediatos aplausos, pero sin embargo tengo que insistir en ello. Ya comprendo que lo de elegir lemas como «DEMOCRACIA REAL YA» puede ser, por parte de quien lo inventara, una táctica, una táctica para no dar demasiado la cara, porque parecería que decir de frente y de inmediato «¡No a cualquier Estado, democrático o no!», podría sonar mal y esta timidez o modestia puede esplicarlo, pero yo creo que es hora de irse desprendiendo de este engaño. La Democracia es un trampantojo, es un engaño para lo que nos queda de Pueblo vivo y de gente; lo era ya desde que se inventó entre los antiguos griegos en Atenas y otros sitios. Es un trampantojo que está fundado sobre todo en esta confusión que el nombre mismo denuncia: demo y kratos. Kratos es Poder y Demo se supone que es Pueblo, y, sea lo que sea de los avatares de cualquier historia, nunca el Pueblo puede tener el Poder: el Poder está contra el Pueblo. [¡Bravos!] Esto es una cosa demasiado clara, pero hay que entenderla. [Aplausos y vivas] De manera que supongo que esta contradicción que está ínsita en el propio nombre de la democracia os anima mucho más a entenderlo de veras. El régimen democrático es simplemente el más avanzado, el más perfecto, el que ha dado mejores resultados, el que ha llegado a producir el Régimen del Bienestar en el que nos dicen que vivimos; es simplemente eso, pero al mismo tiempo no deja de ser el Poder, el de siempre. Por el contrario, cuanto más perfecto, cuanto más avanzado, está más avanzado en sus trucos para engañar y por tanto en el manejo de la mentira, que es esencial para cualquier Poder. Esto espero que lo entendáis también bien: sin mentira no se sostiene ninguna forma de Poder. La mentira es el hacer creer, la fe, y ése es el cimiento, el fundamento para cualquier Estado. De manera que, si alguno de vosotros tiene la ilusión de acceder a una democracia mejor, pues le pediría que se fuera desengañando de ese camino. No es por ahí, no es por ahí, y si vuestro levantamiento llegara a alcanzar un carácter organizado, en definitiva semejante al de la propia administración del Estado, estaría ya con ello mismo perdido, no estaría haciendo más que repetir otra vez la misma historia con otros colores y perfeccionada justamente porque ha asimilado el levantamiento, porque ha asimilado la protesta, que es la manera en que a través de revoluciones siempre fracasadas los Estados han venido avanzando; es lo que justamente les hace falta, porque para seguir siendo el mismo como lo es, el Dinero no puede menos de cambiar, cambiar para seguir igual: éste es el gran truco que tenéis encima. Cuando os sugiero u os pido la renuncia a ideas de otro Estado mejor, de otro Poder mejor y os recuerdo que… [Jaleo grande en la plaza]

… Ya voy a terminar para que os entretengáis con otras cosas a lo mejor más divertidas que yo. Cuando estoy atreviéndome a recomendaros el desengaño de cualquier forma de poder, y por tanto estoy borrando de la lista algunas de las reivindicaciones que vuestros dirigentes han establecido y divulgado, al mismo tiempo os estoy desengañando de otra cosa, que es el Futuro. El Futuro éste es el enemigo. Comprendéis bien que al rechazar vuestro levantamiento como intención de encontrar otro régimen mejor, estoy desengañándoos del futuro [«¿Qué propones?»]. El futuro es eso con que os engañan, a los viejos también, pero sobre todo a los más jóvenes, cada día: os dicen «tenéis mucho futuro» o «tenéis que haceros un futuro», «cada uno tiene que hacerse su futuro» y eso es justamente, aunque no lo digan, una resignación a la muerte, a la muerte futura. El futuro es eso; por tanto el futuro es el que necesita el Capital; el dinero no es más que crédito, es decir, futuro, fe en el futuro; si no pudiera echar cuentas, ni habría Banca ni habría presupuestos estatales. El futuro es de ellos, es su arma. Por tanto nunca dejéis que os suene como algo bendito o beneficioso: debe sonaros justamente a muerte, que es lo que es el futuro. Lo que estemos haciendo aquí, lo que estéis haciendo aquí, ello dirá lo que da de sí, pero no tenemos futuro; no tenemos futuro porque eso es propio de las Empresas, de las finanzas y del Capital. ¡No tenéis futuro! Esto es lo que hace falta ser valientes para denunciar.

Os voy a dejar ya, no voy a hacer más sugerencias por ahora. Una cosa mucho más práctica y de momento: desearía por supuesto que después de las famosas elecciones de... ¡del 22,! que estorban mucho, (ya lo habréis visto cómo no sólo los Medios os enredan junto con la cuestión de las elecciones, que no tienen nada que hacer, sino que muchos de vosotros perdéis una gran parte de vuestro tiempo pensando cuál es lo que hay que hacer respecto a votar o no votar y votar por acá o votar por allá), es un estorbo formidable… de manera que mi deseo sería que, cuando pase ese coñazo, esa estupidez de las votaciones, sigáis vivos. Sigáis vivos y más o menos juntos los unos con los otros. [Aplausos] Y en ese caso me atrevería a sugeriros una táctica de momento (seguir haciendo las asambleas aquí es probablemente un error que no puede sostenerse mucho): desde luego en esto, en una rebelión como ésta, como ya creo que todos sabéis, no puede haber otro Órgano ni decisivo ni representativo más que las asambleas. Y os lo voy a decir enseguida por qué [Aplausos]: no puede haberlo porque las asambleas como ésta misma tienen esta gran ventaja: que no se sabe cuántos son, están entrando y saliendo, y nunca se pueden contar, y por tanto nunca pueden votar, como hacen los demócratas, porque no se sabe ni cuántos son ni cabe estadística ni cabe cómputo ninguno. Esto es lo que a una gran asamblea la acerca a ser eso de Pueblo, que no existe pero que lo hay, y que es lo que queda por debajo de las personas, que ésas, sí, se cuentan en número de almas y en número de votos, pero lo que queda por debajo, no. Así que no renunciar nunca a las asambleas. Tal vez una dispersión.

Ahora me dirijo un poco a la parte de vosotros que son estudiantes más o menos y que me tocan más de cerca: una de las tareas más inmediatas sería ocupar las escuelas y facultades, con caramés [!?] incluído [Aplausos]. Y termino diciéndoos por qué: porque hace mucho tiempo bajo el Régimen del Bienestar, bajo este régimen que padecemos, los centros de enseñanza, las Universidades, han quedado reducidas a una sola condición real, que es la examinación: examinar, todo lo demás son cuentos [Aplausos]. Tienen que examinar para producir por ese camino futuros funcionarios tanto del Capital como del Estado o de la Universidad misma, que es también una parte de esos implementos del Estado. [Interrupción por cánticos en la plaza: «¡Oé, oé, oé... Lo llaman democracia y no lo es!»].

Por tanto y para dejaros, mi sugerencia va en este sentido: ocupación de los centros, hacerlos reconocer que no están ahí ni para enseñar ni para investigar ni para nada, que están ahí para examinar, examinaros y producir así futuros funcionarios, están creando vuestro futuro, en eso no nos engañan, y por tanto la acción más inmediata ¿cuál puede ser?: pues naturalmente la destrucción, el boicoteo de los exámenes en curso; por ejemplo, los que ahora acaban de empezar en mayo mismo. Es algo de corazón [Aplausos]. Con esto que a lo mejor lo primero os puede parecer un poco descabellado, pero que, si os dejáis pensarlo, a lo mejor no tanto, recordando que la sumisión a los exámenes es simplemente sumisión al futuro, que nosotros no tenemos futuro, y recordando que los centros en los que estáis metidos están destinados solamente a eso, a la fabricación de futuro y números de funcionarios, tal vez no os parezca tan insensata la propuesta. Pero os parezca o no, con esto ya me despido, volviendo a repetiros la alegría que esto tan inesperado me ha traído y que al mismo tiempo estaba esperando desde el año 1965. ¡Salud! [¡GRACIAS!]


http://www.editoriallucina.es/cms/agustin-garcia-calvo/archivos-orales/conferencias-recitales/agustin-garcia-calvo-en-la-puerta-del-sol.html

CNT denuncia la salvaje actuación de los Mossos en el intento de desalojar Pça. Catalunya


Ya lo advertíamos en el comunicado anterior: de unos días a esta parte, el discurso oficial va cargando las tintas contra las acampadas buscando preparar así a la opinión pública para una solución policial al asunto... Y poco después se hace triste realidad lo que denunciábamos.

Ahora es la Generalitat la que, con la complicidad del ayuntamiento de Barcelona, ha tomado la iniciativa intentando desalojar a los acampados en Plaça Catalunya. Bajo la peregrina excusa de la salubridad (pese a que el lugar se limpia a diario y se recogen los residuos generados) el organismo ha lanzado a los mossos d’esquadra a una orgía salvaje de violencia para arrasar el campamento.

Pero ya no van a poder engañar a nadie (que no quiera ser engañado), los cientos de imágenes, de vídeos, de la brutal actuación policial contra personas indefensas sentadas en el suelo de la plaza les ha dejado retratados para la posteridad... Esa es la cara de su democracia, ese es su concepto de la misma. El de la represión indiscriminada contra los discordantes.

CNT se congratula, por el contrario, con el ejemplo de resistencia de la gente , que ha vuelto poco después, a ocupar el lugar desbordando el cordón policial que mantenía aislada la acampada de la concentración de apoyo que se ha ido formando alrededor. Además la actuación policial ha tenido un efecto bumerán para los intereses de Generalitat y ayuntamiento, pues acto seguido se ha desatado en todo el Estado una ola de solidaridad con los manifestantes.

Y esa es una buena lección que deben empezar a asumir los poderes públicos, la de que el pueblo organizado empieza a perder el miedo. ¡Que vayan tomando nota!


jueves, 26 de mayo de 2011

la CNT contra la manipulación mediática respecto al 15-M

En los últimos días se han hecho públicas una serie de noticias relacionadas con la CNT y el 15-M que van desde el desconocimiento del fenómeno a la burda manipulación periodística. En cualquier caso, el resultado es el mismo: desacreditar a la Confederación Nacional del Trabajo y enfrentar a quienes están participando activamente en las acampadas y movilizaciones

Es notorio que tras un primer momento de desconcierto en el que se utilizaron las medidas policiales contra los manifestantes (brutal represión del la manifestación del 15-M, desalojo de la primera acampada), la reacción de los medios —salvo las esperpénticas excepciones de aquellos englobados más a la derecha— ha sido en cierta medida condescendiente, ofreciendo una visión reivindicativa pero a la vez inofensiva, de las protestas.

El caso es que una vez pasadas las elecciones autonómicas y municipales y según se van alargando las acampadas, se empieza a endurecer el discurso: si antes los comerciantes «ayudaban a los indignados», ahora se quejan y afirman que suponen un «problema de orden público», si antes el colectivo estaba compuesto por gentes de diferentes ideologías y sensibilidades, ahora son carne de infiltración de «agitadores profesionales», si antes eran utópicos, de repente se han vuelto «radicales de ultraizquierda»... en una clara estrategia que busca ir preparando a la opinión pública para una nueva solución policial al asunto.

En este contexto, hemos visto cómo ayer en El País se afirmaba que en Madrid se debatía «cómo desvincularse de una manifestación que la rama del metal del sindicato CNT ha convocado hoy a las 19.00 en Sol», falsedad que hubiera sido tan sencillo de contrastar como entrar en la propia página web del sindicato, donde se hubieran dado cuenta de que el acto de la Confederación se había desconvocado hacía días al ver que la acampada continuaba (eso sin contar que el acto había sido legalizado, antes incluso, de la manifestación del 15-M). Y hoy nos desayunamos con EL MUNDO publicando que «el pasado miércoles 18, cuando el asentamiento en Sol ya había prosperado, fuentes policiales filtraron que la CNT estaba controlando la ocupación» y se quedan tan anchos, haciendo buena otra vez la afirmación de «no permitas que la realidad te estropee un buen titular» (en este caso, argumento).

Pues bien, desde la Confederación Nacional del Trabajo denunciamos la falta de rigor y la vulneración de las más elementales normas deontológicas del periodismo de que hacen gala ambos medios y les exigimos que tengan el mínimo de decencia de contrastar sus informaciones.

Finalmente, y pese a todo lo anterior, nos reiteramos una vez más en nuestro llamamiento a la desobediencia como elemento fundamental de las movilizaciones y expresiones de protesta, retando y desafiando a la represión y los intentos de frenar las acampadas, fortaleciendo, aún más, la participación, la implicación y la toma de conciencia de la necesidad de organizarnos, extendiendo la solidaridad y la superación del miedo como elemento neutralizador de la lucha.

martes, 24 de mayo de 2011

Kafka y el anarquismo

Extraído de Tierra y Libertad, nº 222, enero 2007

El problema de la dimensión política en los escritos de Kafka como una cuestión metafísica y psicológica separada, ha sido descuidado por sus biógrafos y críticos. La mayoría de ellos recuerda sus relaciones con los círculos anarquistas de Praga, sin atribuirle significado alguno. Por otra parte, numerosos comentaristas reconocen que uno de los temas fundamentales de la obra de Kafka es la lucha del hombre contra la máquina burocrática en sus múltiples aspectos.

Hurgando en el contenido de sus principales obras y a la luz de su biografía, que es testimonio de su simpatía hacia las agrupaciones anarquistas, se puede encontrar una relación que arroja nueva luz sobre su mundo espiritual. Por supuesto que esta relación "política" es fragmentaria: el mundo de Kafka es mucho más rico, más complejo y más polifacético como para que se lo pueda trasmitir en una fórmula condensada, aislada.



El testimonio biográfico


De la época en que Kafka comienza a trabajar en la Caja de Seguros para Obreros datan sus contactos con los círculos anarquistas o para-anarquistas de Praga.

Según las referencias de Mijal Kasha, uno de los fundadores del movimiento anarquista en Praga, y de Mijal Mares, en aquel entonces un jovencito anarquista, Kafka participó en las reuniones anarquistas del "Mlodite Club", de la organización antimilitarista y anticlerical de la asociación obrera "Viles Kerber"; participó también en el movimiento anarcosindicalista checo. Ambos testigos concuerdan en que Kafka mostraba gran interés por lo que se discutía en las reuniones, pero nunca pidió la palabra ni participó de los debates. Kasha, que lo estimaba muchísimo, solía llamado "Klidos", que significa algo así como "el gigante pacífico".

Mijal Mares cuenta que, invitado por él, Kafka asistió a reuniones y conferencias anarquistas. La primera de ellas fue una manifestación de protesta por la sentencia de muerte al pensador y educador anarquista español Francisco Ferrer. Kafka participó en la reunión que fue disuelta por la policía.

En el año 1912 Kafka participó también en la manifestación que se realizó como protesta contra la imposición de la pena de muerte al anarquista Liabedz en París. La demostración fue violentamente disuelta por la policía. Entre los detenidos en aquella oportunidad se encontraba también Kafka.

Mares cuenta que Kafka leía con interés y simpatía los escritos de los diversos teóricos y expositores anarquista s como Domela Niewenhuis, los hermanos Reclus, Vera, Finger, Bakunin, Jean Grave, Kropotkin, por ejemplo.

Existen otros dos testimonios de las inclinaciones antiautoritarias de Kafka y de su simpatía por los trabajadores oprimidos. En su conocida creación "Carta al padre" (1919) califica la actitud de su progenitor en el comercio como tiránica y lo acusa con las siguientes palabras:

"A tus empleados los llamabas 'enemigos pagados'; y lo eran, pero aún antes de que lo fuesen tú me parecías ser su enemigo que paga. (…) Es verdad que exageraba, ya que sin más suponía que causabas a esa gente una impresión tan terrible como a mí. (...) Pero a mí se me hacía insoportable el negocio, me recordaba demasiado mi relación contigo. (…) Por eso, necesariamente tenía que pertenecer yo al partido del personal".

Aquí encontramos un nexo entre la rebeldía frente al dominio paterno y la rebeldía anarquista ante la fuerza económico-política imperante.

Es bien conocido el profundo odio que Kafka sentía hacia su trabajo en la compañía de seguros, a la que tildaba de "nido de oscuros burócratas". No podía soportar el sufrimiento de los obreros perjudicados y de sus desgraciadas viudas, que eran introducidas en el laberinto jurídico-burocrático de la Caja de Seguros Obreros. La frecuentemente citada frase, mencionada por Max Brod, es una aguda y sugerente expresión de su manera de pensar: "Qué mansa es la gente; llegan a nosotros con sus súplicas, en lugar de tomar la oficina por asalto y destruirla, nos vienen a pedir misericordia". El espíritu anarquista de esta frase -bajo la cual Bakunin agradecido estamparía su firma- es lo suficientemente claro como para recordarnos la posición de Kafka frente a las instituciones democráticas.

Max Brod dice que la estructura realista de muchos capítulos de "El Proceso" y "El Castillo" tienen su origen en la oficina de seguros. Está fuera de toda duda que este trabajo burocrático y la rebeldía de Kafka constituyen una de las fuentes del espíritu libertario que traslucen sus escritos.

¿Constituye la tendencia anarquista en la vida de Kafka una pasajera expresión juvenil limitada a los años 1909-1912? Es cierto que después de 1912 Kafka dejó de participar en sus actividades con los anarquistas checos y comenzó a demostrar un interés mayor por los círculos judíos y sionistas. Pero debemos recordar sus charlas con G. Janusz, allá por el año 1920, no sólo porque llama a los anarquistas checos "queridas y alegres personas (...) tan cariñosas y fraternales que casi a la fuerza creemos en sus palabras", sino porque las opiniones sociales y políticas que desarrolla están muy cerca del anarquismo. Así, comenta con Janusz la no admisión de los poetas en la República de Platón: "Los poetas proveen al hombre de nuevos ojos y de esta manera intentan introducir una modificación en el mundo real. Por esoson elementos peligrosos para el Estado, porque reclaman transformaciones. Pero el Estado y sus fieles servidores tienen una sola y excluyente voluntad: permanecer''. Hay que interpretar que Kafka se considera él mismo como uno de esos poetas que hace peligrar la permanencia del Estado.

Kafka define al capitalismo como un "sistema dependiente de relaciones en que todo tiene jerarquía, todo está encadenado". Este es un pensamiento típicamente anarquista en el que se subraya el carácter opresor y esclavista del régimen vigente.

Su actitud escéptica frente al movimiento obrero es también una consecuencia de la desconfianza que los anarquistas han demostrado frente a los partidos políticos y sus instituciones.

En una oportunidad se encontró frente a una manifestación obrera que portaba banderas y pancartas; su comentario a Janusz fue el siguiente: "Esta gente está tan segura de sí misma, tan convencida de su justicia. Dominan la calle y piensan que son los poderosos del mundo. Pero están equivocados: detrás de ellos están preparados los secretarios, los funcionarios, los políticos profesionales, todos estos modernos sultanes a quienes ellos preparan el camino del poder. (…) La rebeldía se evapora y sólo queda el barro de la nueva burocracia. La soga de la torturada humanidad está trenzada con los papeles de la burocracia."

Sería extraño e incomprensible que las ideas políticas de Kafka no tuvieran influencia sobre sus escritos porque sustancialmente el estrato anarquista es uno de los signos centrales de sus grandes creaciones, cuentos, relatos y alegorías.

De sus tres novelas más conocidas, "América" es la que está menos influida por sus ideas libertarias. Sólo dos pasajes son una excepció en este sentido, pasajes en los que se expresa la analogía entre el autoritario grupo de oficiales de la marina, funcionarios y representantes estatales, y el obrero que se queja por alguna injusticia. Kafka mismo describe este estado como "los sufrimientos de un pobre hombre que es oprimido por los poderosos". La misma circunstancia aflora en su "Lámparas nuevas", un hecho que sirve siempre como desmostración de las inquietudes sociales de Kafka. En este relato hace un paralelo entre el abatido delegado de los obreros mineros, que viene a quejarse de las lámparas que no funcionan y el "gentleman" de la administración que se burla de su justa demanda. La profunda oposición entre el astuto sector superior y la clase baja de la galería es la característica fundamental en este relato. Otro hecho del mismo género encontramos en sus "Diarios". El administrador de una compañía de seguros (similar a la conocida por Kafka) echa, humillándolo, a un pobre obrero enfermo y desocupado que va en busca de empleo. Toda la alharaca de las elecciones norteamericanas son calificadas por Karl Rossman como una gran parodia, a la luz de la desconfianza anarquista en el sisterna electoral.

En su segunda novela, "El Proceso", surge el problema de la burocracia autoritaria como uno de los temas fundamentales de la obra. Es cierto que en "El Proceso" está subrayada la parte burocrático-jurídica del aparato estatal, antes que la político-militar, que los anarquistas más combaten. Este hecho puede ser fácilmente comprensible si tenemos en cuenta que Kafka mismo fue un burócrata de la justicia, trabajo que le producía náuseas.

Josep K., la candorosa víctima de "El Proceso" es detenido una mañana y nadie puede explicarle la causa de su arresto. Es juzgado en un tribunal en el que no se le permite apelar a los jueces de suprema instancia; que no reconoce la defensa, aunque la tolera en parte; sus decisiones resultan incomprensibles; los jueces no se dejan conocer, pronunciándose al final por un fallo que ordena: "muera como un perro''.

La posición de Kafka frente a las leyes de Estado surge claramente en su relato "El problema de nuestras leyes". Aquí describe un pueblo dominado por un pequeño grupo de aristócratas que guardan en secreto las leyes cuya misma existencia está puesta en duda. La observación cuasi-anarquista de Kafka es: "Si surgiera un partido que diera por tierra no sólo con cada creencia y cada ley sino también con la aristocracia, entonces todo el pueblo lo apoyaría".

La falta de leyes es suplantada en "El Proceso" por la presencia de una poderosa organización jurídica que Joseph K. critica con indignación: "Una organización que no sólo se vale de corruptos funcionarios, inspectores imbéciles y jueces inquisidores -que en el mejor de los casos son moderados- sino que incluso el jefe máximo de la jerarquía jurídica se sirve de toda una caterva de servidores, funcionarios, policías y demás ayudantes. Tampoco me abstendré de decirle a esta poderosa organización ¡verdugos! qué significa, señores míos, que personas que son jurídicamente inocentes son detenidas haciéndoselas objeto de investigaciones absurdas".

"El Proceso" describe la máquina legal desde el punto de vista de las víctimas, los hombres humildes y sumisos: una jerarquía burocrática, absurda y de dura cerviz que no sabe de misericordias.



El Castillo

En "El Castillo" Kafka se ocupa directamente del problema del Estado, la burocracia. El país que describe es una veraz versión de la cruda realidad, que conoció y vivió en el Imperio austro-húngaro.

"El Castillo" opone la fuerza, el poder y el Estado al pueblo, que tiene su símbolo en la aldea. Este castillo es pintado y representado como algo extraño, hostil, que no permite su comprensión; constituye una especie de lejana y caprichosa fuerza que gobierna al pueblo por medio de una tortuosa jerarquía de burócratas de comportamiento absurdo, incomprensible, cursi.
En el capítulo V, Kafka nos describe una parodia tragicómica del mundo burocrático; la turbación "oficial" que el autor define como ridícula alarma. La absurda lógica interior de esta idea se descubre en toda su desnudez en las siguientes palabras del alcalde: "¿Que si hay oficinas de control? Hay solamente oficinas de control. Cierto que no están destinadas a descubrir fallos en el sentido bruto de esta palabra, puesto que tales fallos no se producen, y aun cuando alguna vez se produce un fallo, como en el caso suyo, ¿qién podría decir definitivamente que es un fallo?" El alcalde de la ciudad nos recuerda que todo el aparato burocrático está constituido tan sólo por oficinas que se controlan unas a otras… pero en seguida agrega que en la práctica no hay nada que necesite de un control. Por lo tanto, errores serios no se encuentran. Cada oración niega la anterior, y en resumen se demuestra la estupidez oficial.

En el ínterin algo crece, se extiende e inunda; papeles, papeles de oficina (como se expresa Kafka) con los que está trenzada la soga de la torturada humahidad. Un mar de papeles colma la oficina de Sordini.

Pero la culminación de la alienación burocrática se traduce en las palabras del alcalde que califica al aparato oficial como "una máquina autónoma que funciona por sí misma". Aquí Kafka trata el íntimo y más inhumano de los contenidos de la concepción burocrática: el proceso de alienación que transforma una estructura de relaciones humanas en un objeto petrificado, en una máquina ciega.

En "El Castillo" alude Kafka a la frecuente duplicidad de una serie de héroes. Klam, por ejemplo, se parece a un águila cuando se lo observa en sus funciones oficiales pero cuando este poderoso representante del castillo es visto a través del ojo de la cerradura, se nos aparece como cualquier otro burócrata: de estatura mediana, gordo, fumando y bebiendo cerveza, con bigotes en punta y gafas. Así se nos revela el mismo castillo: por fuera impenetrable, todopoderoso, pero mirado de cerca se ve que sufre no menos desgracias que la aldea.

El lado corrupto y feo del poder del castillo, surge de la lectura del capítulo Sordini-Amalia: la expulsión de la virginal muchacha, que no acepta las proposiciones deshonrosas del funcionario.

La propensión de Kafka a descubrir el rostro de la pequeñez, la mediocridad y la inmoralidad que están tras la magnífica fachada del Estado, tiene también su expresión en otros escritos. En "El Proceso" nos pinta a un juez que ocupa con descaro su estrado judicial, pero por las declaraciones de Leni nos enteramos de que en realidad está sentado sobre un simple banquillo de cocina cubierto por una vieja manta; el antiguo y respetado Código en el vacío recinto de justicia resulta ser una colección de fotografías de relatos pornográficos. El mismo motivo lo encontramos en una cantidad de retratos de Kafka, como por ejemplo "Poseidón"; en éste el dios del mar se nos aparece como un burócraata mediocre, que sentado a su mesa de trabajo se dedica a efectuar simples operaciones de aritmética.

"El Castillo" trata el problema de la impotencia del hombre frente a la diabólica farsa, a la pedantesca, a la complicada, brutal y ridícula táctica del omnipotente aparato de gobierno. No sólo Kafka, como un extraño y un "perturbador", sino todos los que protestan contra el poder son triturados sin misericordia por la "máquina", no por medio de un golpe mortal directo sino con lentitud, indirectamente y con astucia, absorbiéndoles la médula de sus huesos. En esta novela se ataca al poder político y burocrático como tal. Igual que los pensadores anarquistas, no critica una forma determinada de Estado sino su esencial y universal contenido y significado: el poder institucional jerárquico.

Pero este análisis de "El Castillo" y "El Proceso" puede ser considerado como parcial si no agregamos que la actitud de Kafka y de Joseph K. frente a la autoridad no consiste sólo en una pura rebeldía; encontramos también en esta actitud cierta reverencia temerosa, es un esfuerzo por ser reconocido. Esta situación ambivalente la encontramos en la actitud de Kafka frente al padre y en su relación con la misma autoridad divina.

En la colonia penitenciaria

Entre los relatos cortos de Kafka el más significativo desde el punto de vista político es "En la colonia penitenciaria": un vigoroso grito de protesta contra la bestial autoridad y la falsa y extraña justicia.

Con frecuencia se ha opinado que a través de este relato previó los campos de concentración nazis. Pero Kafka pintó una determinada realidad de su época: el colonialismo francés. Los comandantes y oficiales de la prisión son franceses que "no quieren olvidar su hogar"; los sumisos soldados, los obreros-peones y la víctima condenada a muerte, son nativos que "no entienden una palabra de francés". Kafka introduce el trasfondo colonial para subrayar la brutalidad de determinados gobernantes. Este poder autoritario es más brutal que el que encontramos en "El Castillo" y "El Proceso".

En su obra "En la colonia penitenciaria" Kafka nos habla de la cruel venganza de un poder iracundo. Un desgraciado conscripto es condenado a muerte por no cumplir con las órdenes y por faltarle el respeto a sus superiores. Fue encontrado en falta en un irrisorio deber: saludar cada hora de la noche la puerta de su cuarto; al recibir de su capitán un fustazo en la cara, tiene este soldado la osadía de rebelarse contra la autoridad, y faltando toda responsabilidad de defensa de acuerdo con el reglamento de disciplina de los oficiales, es condenado a morir por medio de una máquina de tortura que graba en su cuerpo: "¡Respeta a los que están delante de ti!" Pero esto no es lo esencial de su relato, pues si tan sólo fuera ése el contenido no habría diferencia alguna entre el relato de Kafka y centenares de otros relatos sobre presidios y correccionales. La figura central de "En la colonia penitenciaria" no es el investigador ni el penado, el oficial o el comandante sino la máquina.

El relato gira alrededor de la máquina infernal, su origen, su papel y su significado. La máquina, según las palabras del oficial, se convierte con el tiempo en un fin en sí misma. La máquina no existe para infligir el castigo al hombre, sino que el hombre está destinado a la máquina, para servirle como alimento, con su cuerpo, a fin de que pueda grabar sobre él un estético texto con letras de sangre, decorado con flores y otros ornamentos. Hasta el oficial sirve a la máquina pues al final cae él mismo víctima del Moloch que no satisface su hambre.

Kafka vuelve nuevamente a las raíces del problema: el proceso de alienación que convierte al objeto, a la creación humana, en un amo opresor, autónomo y extraño. La máquina domina al hombre y lo destruye en vez de prestarle ayuda y servirle.

¿A qué máquina devoradora de víctimas propiciatorias se refería Kafka? El relato "En la colonia penitenciaria" fue escrito en octubre de 1914, tres meses después del estallido de la Primera Guerra Mundial.

Mijal Levi Subir

Nota: Este artículo se publicó en lengua yídish en el periódico anarquista neoyorquino Freie Arbeiter Stime (entre el 15-I-67 y el 15-I-68); aprovechamos la traducción de G. R. publicada en la revista bonaerense Reconstruir (julio-agosto 1968).

lunes, 23 de mayo de 2011

Carta abierta a nuestro movimiento anarquista


Con este artículo queremos plantear y comenzar un debate que consideramos necesario, de una prioridad real y que necesita de una seriedad sincera, sobre unas intenciones muy básicas:

—Potenciar la federación y organización como anarquistas al margen de la participación de sus integrantes en otras estructuras u organizaciones sociales y sindicales.

—Llevar al seno del movimiento un debate constructivo y de respeto, de cara a fortalecer nuestros lazos y la cohesión de nuestros proyectos e ideas.

Trazar una estrategia clara, de cara a extender las posiciones anarquistas en todas las luchas, así como potenciar proyectos capaces de fomentar una cultura y red social librepensante, solidaria y llena de viva.

La visión general, en España, del movimiento anarquista es, siendo sinceros, bastante preocupante: la desorganización en unos casos, la falta de conexión en las luchas o capacidad para extenderlas en otros, unido al aislamiento de la sociedad en no pocos casos, forman en definitiva, una tendencia hacia la guetificación que produce que no haya continuidad en el tiempo de nuestra lucha y actividad, que se pierda sin acumulación de experiencia y de reflexión (de los errores y aciertos que hayamos podido cometer), y que en definitiva da pie a establecerse una sensación de inanición, desilusión e inoperancia entre los militantes. El campo de trabajo que parece que tiene una continuidad generalizada y unas perspectivas más claras últimamente es en la participación dentro de los sindicatos y el mundo laboral, no sin faltar los agrios posicionamientos y actitudes, pero también los positivos debates actuales dentro de los mismos. Con esto no queremos decir que no se este trabajando otros campos, sino que este o se desconoce o es muy localista o no se le da tanta prioridad o se pierde con el tiempo.

También hay que decir que no todo esta tan mal en el panorama actual, hay síntomas positivos que hay que tener en cuenta y que quizás nos muestran que algo esta cambiando. La aparición de bastantes Ateneos Libertarios por toda la geografía española en menos de unos pocos años hacia hoy, que si se mantienen en el tiempo pueden ser caldo de cultivo cultural, de formación ética libertaria, para nuevas generaciones, grupos, colectivos anarquistas y su entorno social. La tímida aparición de grupos anarquistas nuevos o que no se tenían noticias suyas elaborando campañas de propaganda y proyectos culturales y sociales, así como un sin fin de anarquistas esparcidos por diversos movimientos sociales. Todo esto nos trasmite la sensación de que hay ganas de hacer cosas pese a la dispersión de las mismas y una progresiva tendencia hacia la organización de las fuerzas capaces y activas.

A nivel organizativo tenemos que plantearnos si lo que hay hoy nos sirve o no, cómo mejorarlo y de qué manera, pues es en esta cuestión donde padecemos grandes deficiencias que se ven reflejadas indirectamente en los roles y actitudes (de falta de respeto, saber estar y amplitud de miras sobretodo) que se toman entre los compañeros. Creemos que siendo tan reducido el número de los que decidimos formar un grupo o un colectivo anarquista no es positivo diluir fuerzas, físicas y económicas, en el mantenimiento de una federación para cada cuestión (juventud, mujer, ecología, LGTB, etc.), por el contrario vemos más enriquecedor y constructivo el aglutinar y compartir una misma federación en la que cada uno poder trabajar temas comunes o específicos de forma colectiva, una perspectiva débil o inexistente en la actualidad y que podía darnos un aire renovador si se extendiese en todos los sentidos.

No queremos hacer mención al trabajo que hacen o no ninguna de las organizaciones existentes hoy por hoy, porque esto es un problema de todos, de nuestras incapacidades para crear un presente creativo y vivo, tanto de los federados como de los que no. Una responsabilidad que recae en la actitud de cada uno a la hora de plantear un presente en el que el movimiento anarquista tenga una capacidad tal que sea influencia y motor de la transformación libertaria de la sociedad mediante un trabajo serio, entusiasta y tenaz.

Por eso pensamos que ya es hora de lanzar este debate en el seno de las mismas organizaciones, en los grupos y en los individuos, en un momento de franca debilidad por nuestra parte y que debe tornarse en empuje organizativo y de lucha en todas sus formas, de análisis y propuestas claras que nos de un impulso a ser fuerza activa de los cambios que puedan darse en estos años sombríos que nos va a tocar vivir.

Nuestra propuesta a trabajar, desbrozar y valorar:

1º Proponemos una federación (nueva o existente) que integre en su seno a todos los grupos, sean de la tendencia que sean o estén enfocados a cuestiones más especificas (mujer, genero, juvenil, etc.), garantizando la tolerancia hacia la diversidad de nuestro movimiento y la potencial influencia en todos los campos de acción.

2º Proponemos que los grupos que estén interesados, en cualquier momento, ha enfocar su labor hacia una cuestión concreta, trabajen y se coordinen desde la federación para que la capacidad de propaganda, solidaridad y lucha tenga más fuerza e influencia global tanto interna como externa a la federación.

3º Proponemos la utilización de un órgano de noticias, propaganda y debate (por ejemplo Tierra y Libertad, Ekinza Zuzena, El Fuelle, etc.) y otro más teórico y analítico (por ejemplo Germinal Libertario), ambos en papel y digital. Con una estética y maquetación atractiva para los tiempos que corren. Así como un portal-Web de la federación que contenga las publicaciones y otros materiales.

4º Proponemos que los acuerdos sean tomados mediante el consenso, y de no existir éste, la posición mayoritaria podrá realizar lo acordado de forma no vinculante o impositiva a los que no lo acepten y sin traba alguna por parte de los que no estén de acuerdo.

5º Proponemos la tolerancia en los modos de entender la lucha en el mundo laboral, anarquizando aquella que a nuestro parecer creamos mejor.

6º Proponemos consensuar un programa de nuestras aspiraciones (valiéndonos como ejemplo el texto de Malatesta «Nuestro programa»).

7º Proponemos consensuar la actitud y trabajo a desarrollar con respecto a luchas no iniciadas desde el movimiento anarquista.

8º Proponemos un apoyo decidido a la consolidación de Ateneos en cada pueblo o ciudad, así como tender a su coordinación.

9º Proponemos el aprendizaje del Esperanto de cara a romper las barreras idiomáticas y los recelos impuestos por los Estados y los nacionalismos.

Por último, hacemos un llamamiento a los grupos federados en la FAI, la FIJA, la FIJL, Mujeres Libres u otras federaciones o redes existentes, así como a los que no están en ninguna, en definitiva a todos los anarquistas, a participar en éste proceso sin ningún complejo, sin pelos en la lengua, proponiendo cosas o rechazándolas, pues es buscando un entendimiento constructivo como podremos cambiar el mañana.

G. La Iconoclasta

domingo, 22 de mayo de 2011

Lo que queremos (por E. Malatesta)


LO QUE QUEREMOS

Queremos abolir radicalmente el dominio y la explotación del hombre por el hombre; queremos que los hombres hermanados por una solidaridad consciente y decidida, cooperen todos voluntariamente en el bienestar de todos; queremos que la sociedad se constituya con el fin de suministrar a todos los seres humanos los medios de alcanzar el máximo bienestar posible, el máximo posible de desarrollo moral y material; queremos para todos pan, libertad, amor y ciencia.

Y para conseguir este fin supremo, creemos necesario que los medios de producción estén a disposición de todos y que ningún hombre o grupo de hombres, pueda obligar a los demás a someterse a su voluntad ni ejercer su influencia de otro modo que con la fuerza de la razón y del ejemplo. Por consiguiente: expropiación de los detentadores del suelo y del capital a beneficio de todos y abolición del gobierno. E interinamente esto no se haga, propaganda del ideal: organización de las fuerzas populares; lucha continua, pacífica o violenta, según las circunstancias contra el gobierno, contra los propietarios, a fin de conquistar toda la libertad y todo el bienestar que se pueda.

Errico Malatesta

sábado, 21 de mayo de 2011

Trabajadores, no votéis

Ya que estamos en vísperas de otras elecciones más (locales y autonómicas) y ante los hechos que están ocurriendo por todas las ciudades de España —a las que se han sumado varias de Europa y América—, entre lo que se cuestiona el actual régimen representativo de democracia, junto a otros asuntos de justicia social. Buscando textos ácratas ya viejos, pero que pueden servir en estos momentos, (ya sé que este Movimiento 15-M no es libertario, pero sí en algunos de sus procedimientos asamblearios hay algún parecido) os pongo este manifiesto publicado en la revista anarquista La Idea Libre, nº 101, el 4 de abril de 1896.

Los conservadores han disuelto unas Cortes y convocan al pueblo español a nuevas elecciones. Lo mismo han hecho los liberales en diferentes ocasiones. Lo mismo proceden los republicanos allí donde gobiernan. De igual modo se conducirían cuantos necesitasen para las funciones gubernamentales de un órgano legislativo. La diferencia de ideas y de procedimientos no afecta al fondo de la cuestión. Todo gobierno constitucional necesita de una fuerza parlamentaria que lo sostenga, fuerza obediente a sus designios y a sus mandatos. Gobernar sin una mayoría de diputados y de senadores y aun de concejales es, en el sistema constitucional, absolutamente imposible. Los gobiernos, sin distinción de colores, son los que hacen las mayorías parlamentarias, no los pueblos. Los hechos, repetidos con abrumadora monotonía, prueban la veracidad de nuestra afirmación y nos dispensan de más amplias demostraciones. Trabajadores o burgueses, nadie duda a estas horas de que la urna electoral surgirá como por ensalmo una mayoría conservadora. Si mandaran los liberales, sería liberal. Si los republicanos, republicana. El poder es incompatible con la imparcialidad y la justicia.

¿Oiremos a los monárquicos? ¿Prestaremos atención a los republicanos? ¿Guiarémonos o dejarémonos guiar por la sirena socialista que se apresta a reñir pueril batalla con la burguesía adinerada?

¡Lamentable espectáculo el de los políticos de oficio a fin de siglo! Los monárquicos no tienen más ideal que el del presupuesto. Gentes sin corazón y sin cabeza, no aspiran a nada, en nada piensan, ni nada sienten como no sea el apartamiento de la marmita gubernamental. La vida se ha reconcentrado para ellos en el estómago. Los republicanos, divididos hasta el infinito, completamente desorientados, no se entienden ahora ni se entenderán más tarde. Están moralmente muertos, materialmente impotentes para toda obra de regeneración. Con aires de jacobinismo trasnochado los unos, de empachoso legalismo los otros, todos yerran, incapaces de comprender que ha pasado su tiempo, que ha llegado la hora de sumarse resueltamente con la reacción o de tomar partido por la Revolución Social que se avecina. Una hora de poder evidenciaría que son ante todo y sobre todo amantes del orden burgués que santifica la propiedad y reverencia el robo.

Los socialistas, reducidos a la fuerza microscópica de un microscópico grupo exótico, continúan, como el primer día que hicieron traición a los obreros revolucionarios españoles, la cantinela de la lucha legal y de la conquista del poder político para la total emancipación del cuarto estado. Sus pujos de orden, de prudencia, de sentido gubernamental, arranca aplausos a la prensa de gran circulación, avergüenza a la clase trabajadora y acredita los sueños ambiciosos de los presuntos diputados de blusa codeándose satisfechos con los expoliadores y panamizantes de todos los partidos. Quieren concejales y diputados obreros, como si no tuviéramos bastante con los diputados y concejales burgueses. Recomiendan prudencia y mansedumbre a los trabajadores, como si la prudencia y la mansedumbre no fuera su desdichada característica, como si mansedumbre y prudencia y orden no nos fueran a toda recomendados por las clases directoras, cuya paz se perturba con la más ligera manifestación de energía popular. El pueblo no los oye. ¡Que los oiga Cánovas, y el Parlamento español abrirá sus puertas a los futuros redentores de la humanidad!

El pueblo trabajador no votará ni con los unos ni con los otros. ¡Dudamos que la mayoría de los que a las clases directoras pertenecen se tome la molestia de ayudar a esta nueva representación de la eterna comedia política! La urna electoral, todo el mundo lo va comprendiendo, representa la anulación de la personalidad. Convencidos todos de la falsedad gubernamental, ¿cómo hemos de continuar abdicando nuestra soberanía en unos cuantos que de la política hacen oficio? La indiferencia por la lucha electoral se extiende cada vez más. Se engañan los que la atribuyen a los abusos del poder, a la inmoralidad y al caciquismo. Por ahí se empieza ciertamente, pero se termina reconociendo que el mal es más hondo, como que proviene del sistema mismo.

La religión del Estado ofrece los mismos aspectos que las religiones de la teología. Se pierde primero la fe en el cura, luego en los santos, y se acaba necesariamente por reconocer la fragilidad del sistema entero. Alrededor de todos los altares no queda más que un puñado de tontos y de vividores.

Se pretende, no obstante, prolongar el engaño. Se nos invita a que luchemos por purificar el sistema. Se quiere que enarbolemos la bandera de la sinceridad electoral y que luchemos por imponernos a la turbamulta de los que ofician de políticos en beneficio propio. Mientan sentimientos que no abrigan los que tal dicen. Saben que toda purificación y toda sinceridad son imposibles. Saben que el pueblo, explotado hoy como siempre, esclavo del salario, ni aun puede intentar imponerse por el voto, porque el derecho de votar libremente no le pertenece. Aparentan, en fin, olvidar que el derecho y la libertad y la justicia no son más que palabras escritas en papel, sin realidad alguna en la vida práctica.

Más aún: cuando tal intento fuera factible, aun cuando las leyes fueran algo más que papel mojado, ¿de qué nos serviría?

Lo repetimos. Votar es lo mismo que anularse. El que vota se abandona a la voluntad ajena; reconoce a otros, sin saber a quiénes, el derecho de hacer con los comunes intereses lo que les plazca. La papeleta electoral es el signo de la esclavitud política, así como el salario lo es de la esclavitud económica. Todo humano que estime en algo su dignidad debería alejarse de la urna electoral como nos alejamos de todo lo que degrada y mancilla. Apenas concebimos cómo hombres de talento, que gozan fama de integridad y de firmeza, van gravemente a depositar en la urna un papel que les despoja de todos sus derechos. Sin duda, al igual de los pobres de meollo, han aprendido, y no pueden olvidar, el camino de la servidumbre habitual.

Aún se nos dirá, trabajadores, que fomentamos el escepticismo, que aconsejamos la indiferencia como si quisiéramos perpetuar la injusticia. Vosotros, que nos habéis oído y entendido cien veces, nos oiréis y nos entenderéis una vez más, porque no os ciega la rutina oficial, la enseñanza universitaria ni la garrulería de los partidos políticos. No propagamos el escepticismo. No enseñamos la indiferencia. Convencidos de la ineficacia de todos los sistemas políticos y penetrados asimismo de la falsedad del sistema electoral, propagamos ideas propias y medios de lucha a ellas adecuados.

¿Cuáles son unas y otros? Mil, un millón de veces se ha repetido que la libertad es imposible sin la igualdad económica. Quien a otro u otros hombres viva obligado por razón del jornal o por otra forma cualquiera de inferioridad económica, jamás podrá considerarse libre. Quien puede privarnos de los medios de vida, quien en un momento dado puede lanzarnos a la miseria negándonos el jornal, arrojándonos de la casa en que vivimos, exigiéndonos implacable el pago de una deuda o retirándonos un apoyo que nos permitía traficar y vivir, ¿qué es sino un amo? ¿Habrá ley, ni votos, ni diputados que puedan impedir esta servidumbre cierta en que vivimos? Vosotros, trabajadores, lo sabéis de sobra por experiencia y por reflexión: la seguridad del pan es la única verdadera libertad para el hombre. Y todo el sistema político que pretenda constituir un Estado nuevo o mantener el presente es incapaz de darnos lo que constituye su propia negación: la comunidad de la tierra y de los instrumentos del trabajo, sin la que todo régimen de igualdad social es una quimera.

Para conseguir este régimen de igualdad a que aspiramos, nuestros medios de lucha no caben en la rutina política, y por esto somos partidarios de que la obra de los trabajadores se mantenga en el terreno puramente económico y de las reivindicaciones sociales. Revolucionarios por las ideas, somos asimismo revolucionarios por los procedimientos. Frente a una clase que explota, que la clase explotada recabe constantemente su emancipación completa como único medio de realizar la justicia. Las escaramuzas de cada momento, las pequeñas luchas de cada instante, no son sino el prólogo de la próxima e inevitable Revolución Social que preconizamos. Consagrad, trabajadores, vuestras energías y vuestra actividad a esta gran empresa y venceréis. Que no os distraigan de vuestra noble labor las mezquindades de la política ni las ambiciones mal disimuladas de los que entre vosotros mismos intentan escalar el poder. No serían mejores ni peores que los otros, porque es el poder y su órgano el gobierno, no los seres humanos, la causa de la esclavitud política; porque es la propiedad, no las personas, el origen de la servidumbre económica.

Y sí os dijeran que aun en un régimen de igualdad como el que pretendemos habría necesidad de votar, elegir diputados y gobernar y confeccionar leyes, que si instituyen lo que la naturaleza ordena son inútiles, y si lo que a un puñado de hombres se le ocurra son absurdas, contestad sin vacilar que para producir, cambiar y consumir, que para trabajar no hacen falta votos, ni diputados, ni gobernantes, ni leyes; que ahora mismo se trabaja, se produce, se cambia y se consume, no por la ignara virtud del orden político, sino a pesar de su pretendida eficacia y de su indudable obstáculo. Contestad que en un régimen de trabajo y de igualdad no hay derechos políticos que reconocer o que negar, y que, por tanto, toda asamblea de presuntuosos e ignorantes legisladores huelga completamente. Contestad que todo este informe mecanismo de la gobernación de un Estado sólo es necesario por la desigualdad en que vivimos, que demanda para la sumisión incondicional de unos el ilimitado poder de otros. Que la propiedad engendra el Estado y su representación real el gobierno, y que el gobierno trae aparejado el voto, la legislación, el ejército, la magistratura y el clero. Que todo ello es una cadena fuertemente eslabonada para oprimir y estrujar al pueblo. Y que, en fin, no queréis elegir nuevos amos que sobre vuestra voluntad coloquen la suya y sobre vuestro derecho sus privilegios.

Se os pide que designéis quien os represente, de hecho quien os mande. ¿Y no es bastante el patrón para el que trabajáis? ¿No es bastante el casero cuyas rentas aumentan a expensas de vuestra miseria? ¿No es bastante toda la taifa de mercaderes que os estruja? Para vosotros todos son jefes, amos y señores. Os manda el cura, el juez, el militar, el comerciante, el industrial. ¡Y aún se os invita a que nombréis administradores, a que elijáis diputados!

Se trata de distraeros con el supuesto ejercicio de vuestros supuestos derechos. Despreciad a los charlatanes de la política y seguir vuestro camino.

La urna es la consagración de vuestra esclavitud. Sólo la Revolución Social puede daros la libertad y el pan.

Aquellos que se hallen a gusto en la servidumbre, que hagan lo que quieran.

Vosotros, trabajadores conscientes, socialistas militantes de todos los matices, esforzaos por apartar a los obreros, vuestros hermanos, de la corrupción electoral y por apresurar el día de la Revolución que ha de emancipar a la humanidad entera de todas las tutelas y de todos los privilegios.

¡Trabajadores: no votéis, pues!

¡Negaos virilmente a poner el visto bueno a vuestra esclavitud político-económica!

¡No firméis vuestra sentencia de muerte moral!

Os desean salud

VARIAS COLECTIVIDADES ANARQUISTAS

viernes, 20 de mayo de 2011

Es nuestro momento, que continúe la ocupación de plazas y la desobediencia

Comunicado de CNT sobre el Movimiento 15-M o Democracia Real YA:

Las multitudinarias concentraciones y acampadas que están sembrando las plazas de ciudades y pueblos desde el pasado día 15, son un claro ejemplo de la capacidad organizativa del pueblo, cuando decide ser protagonista de su propia vida; superando la «apatía», la resignación y la ausencia de una toma de conciencia con la que articular respuestas, para afrontar y construir alternativas a los múltiples problemas que hoy sufrimos el conjunto de la población: trabajadores/as, parados/as, estudiantes, inmigrantes, jubilados/as, precarios/as...

Las fórmulas organizativas desarrolladas en estas movilizaciones, evidencian la viabilidad de la participación directa por medio de asambleas para la toma de decisiones que canalicen nuestras aspiraciones, reivindicaciones y que nos hacen superar el individualismo. Haciéndonos partícipes y no espectadores/as de un sistema basado en el delegacionismo y la representatividad, que anula nuestra individualidad. Asambleas, turnos de palabra, comisiones de trabajo, responsabilidad, capacidad, organización, autogestión, coordinación, implicación y visibilización, son los dientes colectivos que mueven este engranaje, capaz de desafiar a las instituciones y provocar una expectación y un debate público que ha eclipsado la campaña electoral y los recurrentes contenidos de la prensa nacional e internacional.

Las ilusiones generadas por las masivas movilizaciones, no pueden permitir olvidarnos que esta situación, pretenderá ser instrumentalizada, desvirtuada y dirigida por entidades políticas, sociales y sindicales; que tienen más temor incluso que el gobierno a perder la poca legitimidad que aún queda en la conciencia de algún ciudadano/a. Asimismo deben analizarse en profundidad las propuestas y mensajes que emanan de estas movilizaciones. Puesto que superar el bipartidismo y una modificación de la Ley Electoral, no nos hará más libres, ni favorecerá la soberanía de cada individuo. Hemos de constatar que las reivindicaciones se centran en los necesarios cambios sociopolíticos; pero hay una carencia de denuncias y propuestas referidas al ámbito laboral: denuncia clara y explícita del papel colaborador de las centrales sindicales institucionales, de la vigente Reforma Laboral y el amplio margen legal para la ejecución de EREs y la destrucción del empleo...

La desobediencia es el elemento fundamental que ha caracterizado desde el pasado día 15, todas las movilizaciones y expresiones de protesta. Retando y desafiando una vez más, la represión y los intentos de frenar las acampadas, desde las diferentes delegaciones de gobierno y Juntas Electorales. Fortaleciendo aún más, la participación, la implicación y la toma de conciencia de la necesidad de organizarnos. Un pulso colectivo que demuestra nuestra arrolladora fuerza cuando nos asociamos y decidimos no cejar en nuestras reivindicaciones. Un latido en nuestros corazones que bombea un despertar de conciencias que nos hace reaccionar, extender la movilización, la solidaridad y la superación del miedo, como elemento neutralizador de la lucha.

Cualquier noche puede salir el Sol y en la céntrica plaza madrileña llevamos una semana esquivando el ocaso; materializando desde la práctica que no sólo es posible, sino necesario el asociarse, unirse y luchar para cambiar nuestro presente más inmediato y trazar desde la autoorganización los pilares de una sociedad sin poderes, desigualdades, represión y delegacionismo. El 22 de mayo, con más conciencia y visibilización que nunca, respondamos con la abstención, porque nosotros/as mismos/as nos hemos demostrado que la clase política ni nos representa ni la necesitamos.

Desde CNT continuamos participando y llamando a la movilización permanente y a la lucha, como medio para resolver los problemas en cualquier ámbito de nuestras vidas.

Sigamos construyendo a la vez que desobedeciendo. ¡La protesta continúa!

¡De noche como de día la lucha también es mía!


Terremoto en Lorca: solidaridad con los/as de abajo

Tiembla la tierra. Se caen las casas más humildes y antiguas. Y los de abajo pierden lo poco que tienen. Los más vulnerables, los trabajadores, muchos de ellos migrantes, gente mayor, jóvenes en situación precaria se quedan en la calle.

Los terremotos en Murcia son previsibles. De hecho, en múltiples lugares de la geografía peninsular son más que probables los temblores sísmicos. Nos querían convencer de que lo de Japón era lejano. Pues aquí lo tenéis. Nos mean y dicen que llueve.

Una vez más, constatamos que, pase lo que pase (terremoto, inundación, incendio, sequía, vertido tóxico,…) son los de abajo los que sufren. Hoy los vemos deambulando por las calles de Lorca, en Murcia, abrigados con mantas, llorando de miedo por no saber qué hacer.

De nuevo vemos cómo el sistema deja desamparados a los más débiles. O los más fuertes, según se mire. Los mismos que recogen las cosechas, levantan las industrias, atienden en los bares, nos cuidan en los centros de salud, juegan con nuestras hijas e hijos,… vuelven a ser las víctimas de un sistema demoledor, despiadado e injusto.

Los grandes actores del capitalismo (PPSOE; grandes empresarios, dueños de bancos,…) verán este terremoto como otra oportunidad para beneficiarse con la reconstrucción de las casas y las infraestructuras, compra pública de artículos «humanitarios». También la desinformación mediática se encargará (como ya están haciendo) de que parezca que son ellos los únicos que pueden resolver esta situación (cuando son los que la provocan y eviten medidas de precaución y previsión ante algo previsible).

Desde la Regional de Murcia de la CNT, como siempre, enviamos un abrazo fraterno a las buenas gentes de abajo en Lorca. Y deseamos que el dolor se transforme en rabia. Y la indignación dé paso a la autoorganización.

miércoles, 18 de mayo de 2011

CNT denuncia la brutalidad policial desplegada contra las movilizaciones del fin de semana

La Confederación condena el desalojo de la acampada en la Puerta del Sol realizado la noche de ayer por parte de la policía. De igual manera denuncia la brutalidad desplegada contra las movilizaciones del fin de semana y se solidariza con los detenidos.

Si en el comunicado contra la intervención militar en Libia, publicado en marzo, la CNT llamaba a seguir el ejemplo de las clases populares del mundo árabe, que estaban demostrando la posibilidad de enfrentarse a regímenes y realidades que se pensaban inamovibles, ahora observamos que algo se empieza a mover en la sociedad de este país. Las movilizaciones del pasado fin de semana, aun con las contradicciones que se puedan observar, son un ejemplo de ello.

De la misma manera, la actuación policial demuestra que a este lado del Mediterráneo, tan cacareádamente democrático, la respuesta estatal es en el fondo muy similar a la de ciertos regímenes autoritarios: la de la violencia contra quienes pacíficamente expresan su hartazgo frente a un sistema egoísta, un capitalismo y una banca inhumanos y una clase política corrupta que sólo mira hacia su propio ombligo. Una represión que pretende, además, desautorizar las movilizaciones con el único fin de criminalizarlas, dándose la paradoja de que movilizaciones que en otros lugares se habían considerado como pasos hacia la libertad aquí son denostadas como actitudes «radicales y antisociales».

Por tanto, desde la Confederación Nacional del Trabajo, condenamos la brutalidad policial contra los manifestantes, el desalojo de la acampada en la Puerta del Sol y nos solidarizarnos con los detenidos a la vez que exigimos su inmediata libertad.

Finalmente hacemos un llamamiento a salir a la calle a denunciar este sistema irracional y a transformarlo radicalmente, sí, de raíz... desde la solidaridad, el apoyo mutuo, la acción directa y la autogestión.

17 de mayo de 2011

Secretariado Permanente del Comité Confederal de CNT

DIÁLOGO DEL VOTANTE Y EL ABSTENCIONISTA



-O sea que tú no vas a votar.

-Pues no. No lo he hecho antes y no voy a empezar ahora.

-Precisamente ahora, según está la cosa…

-Por eso mismo. No creo que se vaya a solucionar nada votando.

-¿Ah, no?

-Mira. Los anarquistas llevamos más de un siglo diciendo que el poder corrompe, que quienes se instalan en él, en un Parlamento o en una dictadura, atienden a sus intereses nada más, por muy buenas intenciones que lleven al principio, si es que las llevan. Y esto se ha ido demostrando gobierno tras gobierno.

-Pero si no votas, luego no te vas a poder quejar.

-Será más bien al revés. Como no voto, no dejo que nadie decida por mí. No le doy a nadie un cheque en blanco para que haga leyes o reformas con las que no voy a estar de acuerdo. Quien no se podrá quejar será quien acuda a las urnas pensando que le van a solucionar sus problemas. Las personas que votan son en el fondo responsables de lo que luego ocurre, porque han elegido al partido Tal o Cual.

-Eso es como decir que todos los partidos son iguales.

-Exacto.

-¿Cómo puedes decir eso? Hay diferencias: en lo social, por ejemplo, no es lo mismo un partido de derechas que de izquierdas. El de izquierdas ayudará más al trabajador, a los pobres…

-Eso es lo que tú dices. Te pongo un ejemplo: en los últimos 30 años ha gobernado en España el PSOE durante 20. En ese período ha hecho reformas laborales o cambios en las leyes para los trabajadores en 1983, 1984, 1992, 1994, 2006, 2009, 2010 y 2011. Casi una cada dos años. Por supuesto, ninguna ha servido para mejorar nuestras condiciones sino para ir perdiendo lo que se había ganado con años de lucha sindical. Además, las “políticas de izquierdas” han desarmado el entramado industrial, han empujado a trabajadores a darse falsamente de alta como autónomos, han introducido las ETT en el mercado y les han dado más ventajas y, como todos sabemos, recientemente ha subvencionado a los bancos en medio de una crisis que ellos habían creado. Es solo un ejemplo, pero puede valerte.

-Bueno, no me refiero solamente al PSOE. Hay otros partidos.

-Es verdad, hay otros, pero ninguno va a poder decidir otra cosa.

-¿Ah no?

-Pues no. Hace ya algún tiempo que los Parlamentos legislan en todas las materias, pero quienes deciden de verdad no son ellos.

-¿Y quiénes son?

-Algunos los hacen llamar “mercados”, otros los denominan “especuladores” y los anarquistas les solemos llamar sencillamente los capitalistas. Un grupo de personas, con nombres y apellidos, que se apoyan en instituciones internacionales para decidir si desestabilizan un país, si una medida se puede tomar o no, si una política económica les conviene... A la vista está el resultado.

-Vale, admito que los capitalistas, como dices, mandan mucho. Pero mejor será tener una democracia donde la mayoría de la gente puede elegir a sus gobernantes, ¿no?

-Es que tampoco creo que la mayoría sea quien elija a los gobernantes.

-Si me vas a negar eso…

-Te lo niego, pero con datos, para que no te asustes. Tomemos las últimas elecciones: de cada 100 personas, 25 no votaron (una participación bastante alta, para lo que es habitual). De las 75 que votaron, 32 votaron al PSOE Y 30 al PP. El Gobierno se lo llevó el primero, como sabrás, así que nos gobierna un partido que han elegido solamente 32 de cada 100 personas de las que podían votar.

-Bueno, pero si no votaron es porque no quisieron.

-Eso lo admito. Todavía no es obligatorio votar, como en Bélgica, Australia o Argentina, aunque en estos países la gente se busca las vueltas para no votar.

-Luego reconoces que este es el sistema más justo de los que hay.

-No sé si es el más justo. Es el que hay y no es justo. No es cuestión de quedarnos con el cadáver que huela menos, sino de estar vivos.

-Pues en otros países están locos por tener una democracia, mira tú todo lo de Egipto, Túnez y tal. Están hartos de que les gobiernen los mismos siempre y quieren más libertad. Por algo será.

-Por algo será, claro. Lo que no sabemos es por qué. Se quejan de que les mandan los mismos desde hace año, pero si te fijas en las Comunidades Autónomas, la cosa no es muy diferente: en Castilla La Mancha, lleva el mismo partido 28 años, en Castilla y León, 24; en Andalucía, 29, en Extremadura, 28…

-Será porque son mejores.

-Porque para que te elijan en unas elecciones te tienen que conocer y todos sabemos cómo utilizan los partidos a los medios de comunicación, por ejemplo.

-De todos modos, lo que no podéis los anarquistas es despreciar un sistema por el que ha dado la vida mucha gente. Cuando había una dictadura o en la República, muchas personas se la jugaron para que ahora hubiera libertad. El voto es una conquista de los trabajadores, a los que decís defender.

-Mucha gente dio su vida por la democracia, sí, pero no todos los que figuran. Durante la república, los anarquistas o anarcosindicalistas eran una fuerza imprescindible y no querían una democracia parlamentaria, sino un régimen más libre aun. Incluso la UGT, que era la otra fuerza sindical enorme, tenía una postura no parlamentarista muchas veces. Lo mismo durante la dictadura y la transición, lo que pasa es que la historia la escribe quien gana, silenciando lo que no le gusta. Por otra parte, mucha gente ha dado la vida por muchas cosas que hoy nos parecen superadas, como la abolición de la esclavitud o que se reconociera que la sangre circula por el cuerpo. También se puede superar la democracia parlamentaria.

-¿Y no votando se va a conseguir un mundo mejor?

-No, claro. Tampoco exageremos. No ir a votar por desidia, pereza o ignorancia no cambia nada, por supuesto. No votar es la consecuencia de una actitud diaria, de querer cambiar el sistema de abajo hacia arriba, tomando en nuestras manos las decisiones que nos afectan, organizándonos en sindicatos…

-Espera. ¿Me vas a decir que los partidos políticos son corruptos y que los sindicatos no? Pero si todos viven de las subvenciones… además, en el curro ya veo yo que los sindicalistas ni van a trabajar, que están liberados, con un sueldo y sin pisar el tajo.

-Correcto. Todos menos uno. Hay un sindicato que no tiene subvenciones, ni liberados, donde cada cual aporta su conocimiento y esfuerzo y puede decidir sin que nadie le imponga nada.

-¡Anda ya!

-Sí, se llama CNT, ¿te suena?

-Pues de algo antiguo, más o menos, ¿no?

-También es antiguo votar y lo defiendes.

-Me lo voy a pensar, la verdad.

-¿A pensar? Eso está bien, a pensar y a no tragarte nada de lo que te digan…



Coordinadora Anarquista del Noroeste


martes, 17 de mayo de 2011

Revista La Iconoclasta nº 2

Ya está disponible el segundo número de la revista libertaria La Iconoclasta...


(Hacer clic en la foto de la portada para descargar)

Ya desde la impagable portada en la que proliferan los mutantes en un paisaje posnuclear este segundo número nos anuncia
que el contenido va a ser eminentemente ecologista con artículos sobre el desastre de Fukushima o la denuncia del ecologismo "de mercado" de la New Age, pero también hay textos contra los medios televisivos más reaccionarios, pedagogia, propuestas para mejorar la organización libertaria, arte futurista y anarquismo, poemas, curiosidades científicas, el resumen de nuestro opúsculo Que ardan todas las patrias (¡gracias!)... En fin, un número crítico, novedoso y variado, que no se queda en los tópicos de siempre... ¡Como debe ser una auténtica publicación anarquista!

El socialismo argelino

Con la descolonización de los países árabes, surgieron unos movimientos políticos populistas y, a la vez, nacionalistas, que debidos a algunos matices socializantes se les consideró bajo el nombre de «socialismo árabe». (Aunque bajo el nombre de «socialismo» se puede agrupar muchas ideologías completamente opuestas —el término significa lo contrario a «individualismo»—, el concepto más conocido en nuestro mundo occidental está relacionado con el movimiento obrero en sus dos vertientes: la marxista —socialdemócrata y comunista— y la libertaria o anarquista.) El primero en utilizar y dar a conocer este tipo de «socialismo», sui generis, fue el del egipcio Nasser, le siguieron los baasistas de Siria e Irak y el régimen libio de Gadafi. También ocurrió algo similar tras la independencia de Argelia. Aquí os pongo un texto de Historia 16 sobre este tipo de «socialismo» (el argelino). Socialismo con el que no me identifico, ni simpatizo, debido a su carácter religioso (pero completamente enemigo del islamismo radical) y autoritario. Por muy revolucionario que lo disfracen:

De acuerdo con los documentos programáticos de la ideología del régimen, en el Programa de Trípoli (junio de 1962) y en la Carta de Argel (abril de 1964) se abordaba ya la asunción de un socialismo solidarista que en la Carta Nacional de 1976 se convertirá en tema principal proclamándolo opción irreversible del pueblo, destinada a suprimir la explotación del hombre por el hombre.

Ahora bien, como en otros países árabes, el socialismo argelino va a ser específico, es decir, nacionalista, islámico y contrario al marxismo. Es más, para muchos el socialismo argelino será ante todo la aplicación de una teoría económica basada en el capitalismo de Estado: reforma agraria, desmantelamiento de la empresa extranjera, nacionalizaciones y apropiación colectiva de los medios de producción.

La incompatibilidad existente entre el socialismo argelino y el marxismo quedaba expuesta en la Carta Nacional: el socialismo en Argelia no procede de ninguna metafísica materialista ni se vincula a ninguna concepción dogmática ajena a nuestro genio nacional. Su edificación se identifica con la expansión de los valores islámicos, elemento constitutivo básico de la personalidad del pueblo argelino.

Las razones socioculturales de la incompatibilidad eran fundamentalmente tres: el rechazo de la lucha de clases y del materialismo ateo, y el seguidismo de un modelo extranjero.

La lucha de clases era, de hecho, un elemento social bastante ajeno a la realidad argelina por diversos factores. Como indica Bernard Cubertafond en L’Algerie contemporaine, por un lado, la solidaridad de clan en el marco de la gran familia seguirá siendo el mecanismo principal en contra de la pauperización absoluta y las oposiciones regionales y étnicas tenderán a ser más fuertes que las oposiciones de clase, e incluso podrán neutralizarlas. De otro lado, el proletariado argelino no se había forjado una sólida conciencia de clase.

Unido a esto, la lucha de clases no era políticamente deseada por un régimen basado en la estrategia del frente nacional y para el que el impulso del desarrollo pasaba por la cohesión de todas las categorías sociales. Ahmed Taleb Ibrahimi, ministro de Cultura, lo explicaba en 1972: la revolución argelina no surgió de la lucha entre distintas clases sociales de un mismo país. Fue el resultado del combate de todo un pueblo, contra la ocupación extranjera.

Con respecto al materialismo, su concepción de la religión como forma de alienación del pueblo no podía reconciliarse con un régimen que proclamó al Islam elemento básico de su ideología.

La gran importancia de la cuestión religiosa en Argelia proviene del hecho de que la condición musulmana de los argelinos fue casi la única vía por la que éstos pudieron afianzar una identidad cultural y una existencia nacional que los colonos negaban. En tanto que Francia sólo distinguía franceses musulmanes de acuerdo a su estatuto local religioso, los argelinos encontraron en la personalidad islámica la manera de afirmar su especificidad. Ser musulmán era ser argelino. Por ello el hecho islámico tuvo un gran alcance movilizador y legitimador en la guerra de liberación: el llamamiento a la lucha del FLN el 1 de noviembre de 1954 apelaba a la restauración del Estado argelino soberano, democrático y social en el marco de los principios islámicos, la guerra fue definida como yihad (guerra por el Islam) y los combatientes argelinos como muyahidin (luchadores en la yihad).

Asimismo, el internacionalismo de los oprimidos que implica el marxismo (la internacional obrera) no casaba bien con el internacionalismo islámico, para el que la cohesión no se funda en relación con las distintas clases sociales sino en la condición de musulmanes de todos sus miembros y en la igualdad entre todos ellos.

Finalmente, el nacionalismo radical de la revolución argelina veía con sospecha un marxismo elaborado en el extranjero, pensado para una sociedad extranjera y trasplantado a Argelia bajo la influencia extranjera: a los marxistas argelinos, messalistas y del PCA (después convertido en Parti d’Avant-Garde Socialiste, PAGS), se les considerará sospechosos debido a las vinculaciones que tenían con el PC francés y el comunismo internacional.

Cuando en 1962 llegó el momento de levantar los fundamentos del Estado las voces que se alzaron a favor de la proclamación de un Estado laico (sobre todo desde la federación en Francia del FLN y el Partido Comunista Argelino) no encontraron eco suficiente y en la Constitución de 1963 el Islam fue proclamado religión del Estado, se estableció que el presidente de la República perteneciese a esta religión y se exigió la necesidad de construir una moral socialista que respetase los valores árabo-islámicos.

La confesionalidad del Estado se manifestará a través de múltiples signos (la bandera, las fiestas, la organización de la peregrinación a La Meca, la expansión de la construcción de mezquitas, el nombramiento de un Ministerio de Asuntos Religiosos y de un Consejo Superior Islámico, la amplia cobertura de la predicación islámica en los medios de comunicación, la creación de universidades islámicas, la adopción del derecho musulmán para el estatuto personal de los argelinos) y se caracterizará por su vocación monopolizadora de la religión.

La nacionalización del Islam por parte del Estado se llevará a cabo sistemáticamente por medio del control de las mezquitas, la funcionarización de los imanes y la persecución de toda voz disidente de un Islam oficial encargado de legitimar las orientaciones políticas del régimen.

Gema Martín-Muñoz, «Argelia: la revolución frustrada».
CUADERNOS DEL MUNDO ACTUAL, 49. Historia 16 (1994).

sábado, 7 de mayo de 2011

Acción en las oficinas de IBERIA-México por un conflicto de la CNT



Compañeros mexicanos afines al anarcosindicalismo, muestran su solidaridad ante el conflicto que mantienen los compañeros de Iberia en CNT-España. Esta multinacional, tiene filiales y delegaciones por todo el mundo, por lo que hemos creído oportuno hacer un piquete informativo para actuar ante la sanción impuesta al trabajador Daniel Valdivieso por la Dirección de Iberia de Madrid-Barajas, como fruto de un accidente en su puesto de trabajo. De esta manera practicamos el internacionalismo y mostramos una de las prácticas habituales cuando se practica la acción directa en el ámbito de la empresa, algo que en México no es costumbre. Esta acción responde a que en el Primer Congreso Anarquista a salido una propuesta concreta de formarse como sindicato desde las perspectiva de la AIT.

Por dichos motivos, nos hemos personado en las oficinas de la ciudad de México D.F., en pleno corazón financiero de la zona de Polanco y durante un buen rato hemos importunado a la empresa, repartido un comunicado firmado por la CNT y el Congreso Anarquista, grupo anarcosindical y hemos informado a los trabajadores de los dos oficinas que se encontraban trabajando. Durante el transcurso de la acción, otros compañeros se dedicaban a mandar faxes y llamadas telefónicas reclamando de igual modo la nulidad de la sanción. No hemos cesado en nuestro empeño hasta que la directora nos ha recibido y hemos podido explicar el asunto que nos traía allí: la exigencia total e inmediata de dicha sanción. Un accidente, fruto del desinterés de esta Dirección por solventar los problemas estructurales de la compañía no debe, bajo ningún aspecto, ser motivo de sanción.

La secretaría de exteriores de CNT, ha visto cierta posibilidad de formación en este lugar para poder trabajar informalmente, con el objetivo de acercar posturas, sepan como trabajamos y definitivamente se decanten por el anarcosindicalismo internacional de la AIT.

Carlos Martin
Secretario de Exteriores de CNT

«DEMOCRACIA REAL YA»


Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.

Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.

Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:

  • Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
  • Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
  • El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
  • La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
  • El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
  • La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
  • Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
  • Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
  • Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.

Por todo lo anterior, estoy indignado.

Creo que puedo cambiarlo.

Creo que puedo ayudar.

Sé que unidos podemos.

Sal con nosotros. Es tu derecho.